𝙲𝚘𝚏𝚏𝚎 ࿔*:・゚

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━━SE ENCONTRABA en la barra de su cafetería limpiando lo que había derramado del pedido anterior. Faltaba solo una hora para cerrar pero sentía que su cuerpo no soportaba más.

Normalmente le encantaría estar ahí pero debido a los sucesos del último mes estaba cansada. Salir con Timothée le había traído cosas buenas, había más clientela en su cafetería y las ganancias subieron, pero también le había traído cosas malas.

Las personas la acosaban cada que salía con él y no dejaban un tiempo a solas, no se diga del itinerario del chico y como siempre estaba ocupado, pero no lo podía culpar. Pero todo se empezó a desmoronar cuando empezó a recibir comentarios en su cuenta de Instagram diciendo que todo el éxito de su cafetería era gracias a Timothée y que no entendían el porque él salia con alguien como ella.

Esto la desánimo a tal punto que dejó de ir a la cafetería y pensó en cerrarla, pero al final recapacito y no hizo nada al respecto. Bueno, solo una cosa, término con el chico pensando que así terminaría con todo el acoso, echando a la basura un año de relación.

—Yo me encargaré de la caja registradora, puedes ir a descansar—habló a una de sus compañeras de trabajo.

—¿Segura? Haz estado todo el día aquí, debes estar cansada—respondió mientras se quitaba el delantal.

—Si, es mi trabajo—la rubia respondió para ponerse en el puesto—. Mañana habrá una junta con todos, les daré la paga del mes y no abriremos.

—De acuerdo—su amiga colgó el delantal y se dirigió a la puerta de empleados—. Descansa.

Le dedicó una pequeña sonrisa y volvió a concentrarse en atender a los clientes. Normalmente a esas horas de la tarde no había tanta gente pero ese día era la excepción.

Después de que una mujer le pago por su pedido Rosé empezó a guardar el dinero en la caja registradora, contandolo y separando los billetes en orden.

Escucho como alguien se posicionaba frente a ella pero no podía apartar la vista de los billetes.

—Buenas tardes, espere un momento por favor—habló amablemente.

—¿Puedo hablar contigo?—esa voz. La voz de quien alguna vez fue su novio la reconoció al instante y se congeló, dejando los billetes y subiendo lentamente la mirada.

—¿Timothée...?—lo miro perpleja—. ¿Qué haces aquí?

Aunque el chico estaba cubierto de pies a cabeza usando una gorra, lentes y una bufanda se veía igual que siempre haciendo que el corazón de la rubia acelerará y sus manos empezarán a temblar.

—¿Podemos hablar?—no sabía si el chico la estaba mirando debido a los lentes de sol que llevaba pero aún así la ponía nerviosa.

—Yo...—pensó en su respuesta y se preguntó miles de cosas—. No puedo ahora mismo, necesito atender—explicó—. Pero solo queda una hora para cerrar, no se, si deseas esperarme con gusto hablare contigo.

—Por supuesto—le dedicó una pequeña sonrisa—. ¿Puedo ordenar algo?

—Claro—trato de sonreír—. Creo que será mejor que vayas atrás para que la gente no te reconozca, yo te llevaré tu pedido, ¿si?

—Todavía no he dicho que quiero—alzó una ceja y rio—. Pero gracias, esperare atrás.

—Yo se con exactitud—empezó a relajarse—. En un momento te lo llevó.

El chico asintió y se dirigió a la parte de atrás la cual era para únicamente empleados. En cuanto se fue Rosé dio un gran suspiro, el día no se podía poner peor.

𝙊𝙉𝙀 𝙎𝙃𝙊𝙏𝙎 {Timothée Chalamet}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora