uno. el príncipe que obtiene todo lo que quiere

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Un gran cartel se extendía por toda la vitrina de vidrio con detalles dorados al lado de la entrada del salón principal de prácticas del estudio, ahí se podía vislumbrar un listado con los personajes de la obra que iban a presentar como show de fin de año, junto a ellos estaban escritos con marcador rojo los nombres que resultaron escogidos para interpretar los papeles. El nombre de Valentín Barco no se encontraba en el puesto en que el joven pelirrojo hubiese querido, él esperaba obtener a Sigfrido, el protagonista; pero, por el contrario, había sido designado como Benno Von Sommerstern, el mejor amigo del príncipe.

Sabía que no era un mal papel, ninguno lo era si lograba obtener algún reflector. Es decir, iba a tener su solo, intervenía muchas veces, se iba a destacar por las piruetas y la dificultad técnica que involucraba su parte, es solo que él quería el protagónico. Se había esforzado tanto en las audiciones para demostrarles a los directores de la puesta que era el indicado que se sentía frustrado porque nunca era tomado en cuenta para ese tipo de papeles.

Al final siempre se lo terminaba llevando el mismo de siempre.

—Felicidades, Valen —Hablando de Roma. —Te tocó Benno, es un gran papel.

Valentín hizo su mayor esfuerzo para no virar sus ojos y se volteó a mirar al muchacho de más de metro ochenta, un poco más de quince centímetros más alto que él, de pómulos marcados y cabello perfectamente peinado hacía atrás, naturalmente poseedor de un aura de nobleza que le daban ganas de golpear su perfecto rostro, para darle una sonrisa forzada. Lo odiaba porque era más que obvio que Sigfrido le pertenecía desde mucho antes de las audiciones, también como Giselle, la bella durmiente o Carmen. Él había sido un tonto por siquiera pretender tener una oportunidad.

—Gracias, Fede —Respondió intentando ocultar el tono tosco de su voz.

—Yo obtuve a Sigfrido —Le comentó el más alto con una sonrisa, Valentín quería borrarla de su cara bonita. —Significa que vamos a tener escenas juntos.

—Buenisimo —Dijo Valentín irónico antes de apartarse de la vitrina y entrar al salón de prácticas, detrás le seguía Federico con su usual gen de atractor de miradas obteniendo saludos y felicitaciones de las chicas ya ubicadas frente al espejo entrando en calor.

—Estaría bueno que nos juntemos a practicar —propuso Fede haciendo pliés simples en la barra. El pelirrojo otra vez quiso virar sus ojos, repitiendo la acción otra cosa que le disgustaba del más alto era su forma de ningunearlo con amabilidad, decía con tanta dulzura mensajes pasivo-agresivo sobre sus falencias que si no le hubiese sacado ya la ficha, pensaría que era un poco tosco para halagar.

Y pensarán que lo está prejuzgando, pero no. Valentín una vez escuchó mientras iba a cambiarse en los vestuarios a Fede hablando sobre su apariencia más delicada que la suya y que era obvio que no lo iban a tener en cuenta para los protagónicos. Desde ese día, lo tenía entre ceja y ceja al cara de príncipe de Disney.

—Tengo que ver mis horarios, no sé —Utiliza de excusa Valentín, la verdad era que no quería que practiquen juntos. —Sabés que tengo también las clases de contemporáneo y las funciones de Romeo y Julieta.

Acto seguido ambos se colocaron en primera posición, con ambos tobillos juntos, los dedos de los pies hacia afuera, colocando sus manos derechas sobre la barra. Levantaron su brazo izquierdo sobre su cabeza y doblaron ligeramente su codo en forma de arco, luego hicieron un plié y se levantaron inclinándose hacia atrás.

—Vos sos bueno en los saltos, podrías ayudarme —Insiste el más alto.

—Empiezo nuevo horario de clases, te aviso cuando esté acomodado...

puntillas de pie a tu corazón {gialen}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora