ocho. cuando el príncipe descubre al cisne pt 1

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Tener a Agustín como público recurrente en sus ratitos libres cuando terminaba de limpiar el aula se volvió rápidamente en una costumbre. Comenzó con el delegado espiando desde afuera del curso, como si no quisiera distraerlo o asustarlo, Valentín fingió que no notaba su presencia por varios días hasta que decidió aprovechar la atención puesta en él -en un momento total de osadía que él mucho tampoco entendía de dónde había salido- y utilizó a esa constante presencia para practicar sus expresiones que habían mejorado, pero que quería continuar trabajando en ello antes que comiencen con las funciones en un par de semanas.

A lo que lo llevaba a ese viernes, cuando también un impulso de idiotez lo estaba llevando a abrirse un poquito y comentarle su predicamento, o su duda para ser más precisos.

—¿Cómo se siente enamorarse de alguien? —Preguntó de repente Valentín, tomándolo desprevenido a Agustín que casi se ahoga con el agua que estaba tomando. Ambos estaban terminando de limpiar el último salón.

—¿Cómo?

Bien ahora que escuchó sus pensamientos en voz alta, no era una buena manera de empezar una conversación. Cabe aclarar, que no es a la primera persona que le pregunta esto. Los últimos días estuvo haciendo su trabajo de investigación con las chicas sobre qué era estar enamorado o sufrir un corazón roto. La información que recibió fue útil para construir su personaje, pero todavía sentía que faltaba algo.

—Digo, es que para la obra mi personaje está enamorado del príncipe y tenemos una pieza para bailar juntos, debemos lucir "enamorados" y eso es lo que me falta, nunca me enamoré y no sé cómo expresarlo.

La expresión de Agustín se relajó y suspiró. —Ah, bien.

—También me sirve si tenés alguna experiencia de corazón roto.

Otra vez Agustín se ahogó tomando agua. —Pará, Valen. ¿en serio nunca te enamoraste? ¿Te gustó alguien alguna vez?

—De gustar puede ser, pero gustar gustar, sentir amor no.

—¿Te gusta alguien ahora?

El pelirrojo se sonrojó y apartó su mirada. —No, creo no. Por eso preguntaba, me imaginaba que vos sabrías algo. ¿Te gusta alguien?

Y ahora era el turno de Agustín sentir sus cachetes arder. —Bueno, no, no sé si me gusta alguien ahora.

—Pero antes, cómo fue que descubriste que...

—No sé en su momento me gustó un chico de un curso más grande y no sabía por qué siempre quería cruzarlo, que me salude, que sepa de mi, pensaba cómo sería salir juntos, hasta que racionalicé un poco las cosas y... lo vi sin chomba en una convivencia.

Valentín asintió tomando nota mentalmente.

Agustín se mostró pensativo —Quizás debés buscar algo que te guste de él, así buscás algún encanto, ¿no?

—Puede ser...

—A ver, ¿qué es lo que más te agrada de tu compañero? ?

—Y... Fede no es feo —Empezó a numerar con sus dedos. —Tiene su atractivo, es alto, ama la danza clásica tanto como yo, tengo que admitir que es buen bailarín. Muy buen bailarín... —No sabía qué más decir. —¿sirve?

Agustín parpadeó un par de veces, como despertando de su burbuja y asintió.

—Bueno de ahí podés escoger qué es lo que más te gusta de él.

—No sé, su técnica me gusta, le favorece en su atractivo —Murmuró bajando la mirada. —Se sabe meter en personaje, creo que él ya dominó esto de la dinámica entre nuestros roles... Eu.

puntillas de pie a tu corazón {gialen}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora