once. the grand opening night

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—Entonces, hoy es tu presentación... —Dijo Agustín barriendo lo último que faltaba del aula mientras se escuchaba de fondo a Tchaikovsky desde el celular de Valentín.

—Así es, hoy es la gran apertura —Sonrió el pelirrojo sentado en el escritorio del profesor, con ambos pies colgando. Agustín se había ofrecido a terminar él la limpieza, cosa que Valentín no pudo negarse. —Y se agotaron las entradas para hoy y para varias funciones de la semana.

Dejó de barrer unos instantes para ver la sonrisa del chico que se escuchaba bastante contento, él también se contagió del entusiasmo. —Es buenísimo eso, felicidades.

—Gracias —Se bajó del escritorio y agarró el borrador del pizarrón para limpiarla. —Apenas salgo de acá tengo que ir al teatro y a las ocho comienza la función —Se volteó a ver a su compañero quien lo estaba viendo con una sonrisa. — No puedo esperar...

Valentín frunció el ceño. Esa estúpida sonrisa lo estaba molestando.

—¿Qué pasó?

—Tu cara, tiene algo, no sé, me molesta —Confesó con una mueca en su rostro pecoso.

Agustín fue retrocediendo, saliendo de a poco del curso. —No voy a caer de nuevo en esa, eh. ¿sabés lo que me costó limpiarme eso?

—No, no es una mancha —Negó el colorado volviendo su vista al pizarrón para seguir borrando lo restante.

—Está bien... —Murmuró con desconfianza el delegado, luego cambió de tema. —Che, ¿entonces no hay ninguna posibilidad de que vengas a la despedida?

—No hay chance, para cuando estén limpiando todo voy a estar llegando —Valentín dejó el borrador sobre el escritorio para buscar su mochila sobre este. —Y la verdad, suficiente con lo de ahora.

—Ohh, yo quería verte aunque sea un ratito —Se lamentó Agustín provocando una extraña reacción en Valentín, no entendía por qué sintió su rostro tomar calor. —Viste que alquilamos peloteros y el toro, para que también los disfrutes.

—Igual no iba a usarlos, me tengo que cuidar por lo del teatro—Se colocó la mochila sobre sus hombros y se volteó a ver a su compañero confiando que su cara haya vuelto a su color natural. —Aparte, si tanto querés verme, podés venir al tea...

Valentín se arrepintió de sus palabras.

—Si me decís a cuál puedo ir.

—No, sabés qué, nada —Negó volviendo a sonrojarse al sentirse nervioso. —No dije nada.

—Podés venir al after, lo organiza uno de sexto —propuso el más alto.

Valentín pareció dudar, el de rulos lo consideró una victoria. —¿Seguro? no tengo buenas experiencias a tus invitaciones.

—Fue una vez eso... Además, es solo para vos. Por si tu amigo se quiere sumar...

—No es mi amigo —Corrigió. —Además, suficiente tengo con verlo todos los días, ahora que tenemos funciones puedo tomarme algún descanso.

Los ojos de Agustín se abrieron de sorpresa por esa noticia. —¿En serio? Pensé que...

—O sea su actuación de método sirve, pero no me gusta tener a una garrapata pegada a mi lado.

—¿Cómo es eso? —Fue el turno de Agustín de fruncir el ceño al no entender lo que el otro le decía. —¿También te cansás de estar conmigo?

—Al principio fue así, pero vos también estabas re denso —Sonrió recordando los momentos en que recién se había integrado, su compañero por el contrario lo veía incrédulo. —Ahora te soporto un poco más.

puntillas de pie a tu corazón {gialen}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora