puntillas de pie a tu corazón {gialen}

tres. el gran festín de la corte [parte dos]

Valentín se irguió derecho y empujó a ambos chicos de su espacio personal, antes que alguno de los dos chicos que le sacaban una cabeza de altura le dijeran algo, reconoció por el rabillo de su ojo al colectivo que estaba esperando y se giró a alzar su mano a pedirlo. Rápido buscó en su mochila la SUBE para subir sin demoras al transporte que estaba estacionando frente a ellos.

—¿Estás bien? —Escuchó la voz de Fede detrás suyo.

—Sí, sí —Dijo el pelirrojo echando su mochila tras su espalda para empezar a subir los escalones del colectivo, mirando hacía atrás para asegurarse si lo seguía su compañero de Ballet. Por un instante hizo contacto visual con Giay, pero se adentró sin más.

—¡Chau! ¿¡No?! —Reclamó Agustín desde la vereda. Valentín viró sus ojos hastiado, y se sentó en uno de los asientos dobles al fondo. Antes que empezara a moverse vio por la ventana al chico de sus ojos claros. —¡Llevalo a tu amigo si querés!

Fede se volteó a verle con curiosidad.

—¿Llevarme? ¿A dónde? —Preguntó intentando poner su voz lo más seria e indiferente posible.

No es como si Valentín hubiese notado un cambio, estaba más concentrado en observar y hacerle saber a la figura de Agustín, que iba desapareciendo a medida que el colectivo fue alejándose de la parada, que no le agradó su intervención.

—Nada, el cumpleaños de una compañera —Explicó Valentín.

—¿Cuándo es? —Continuó su fachada de indiferencia.

—Mañana —Volvió su mirada al frente, abrazando su mochila contra su pecho. —Igual, no voy poder ir, tengo la función de cierre.

—¡Te iré a ver! —Aseguró de repente asustando al colorado por el fuerte entusiasmo que utilizó, muy distinto a su carácter más taciturno del que estaba acostumbrado. —Y de ahí vamos al cumple.

—No, de ninguna manera —Negó con la cabeza, seguramente luego vaya a tirarle indirectas sobre su técnica o el poco protagonismonque tuvo —Mucho menos lo de la joda, dudo mucho que me vayan a dejar ir.

Eso pareció hacerle prender una lamparita en la cabeza de Fede, porque una sonrisa surcó de punta a punta de sus pómulos. Valentín temió por la idea que le había surgido al más alto.

—Ahí tenés, por eso te tengo que acompañar —Afirmó.

—A vos tampoco te van a dejar —Valentín rogaba que suceda eso.

—Eso no importa — Y le guiñó un ojo dejando sin palabras al colorado con sus negativas.

***

Agustín dio los resultados de las votaciones y la nueva combinación de colores, la cual estaba prohibido quejarse, había quedado en azul marino y rosa bebé. La reacción fue bastante tranquila, quizá más resignada que cualquier cosa, pero estaban en términos generales bastante contentos. Incluso el nuevo pareció mostrarse satisfecho con la elección, cosa que sorprendió gratamente al delegado, porque durante el corto tiempo que lo llevaba conociendo no le había visto una sonrisa en su cara y ese pequeño gesto que obtuvo se sintió como una pequeña victoria personal.

Aunque todavía no se había acercado a preguntarle si se sumaba al cumple de Mechi, la cumpleañera en cuestión, la rubia que se sentaba al fondo del salón, al lado de la ventana. Es una de las que se lleva bien con todos y suele ser su mano derecha a la hora de organizar actividades con el curso. Ella le había dicho que podía llevar amigos, así que se le había ocurrido que podía invitarlo al nuevo para que pudiera incluirse con los demás chicos.