veintiuno. la promesa del príncipe

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Valentín se había prometido rechazar cualquier invitación proveniente de Agustín dado que la experiencia le había enseñado a que sus invitaciones siempre iban a terminar en desastre. Pero está vez eran sus amigas insistiendo a que vaya al UPD de su curso que casualmente iba a llevarse a cabo en la casa de Agustín, quién también le estuvo insistiendo su presencia.

Por un lado quería quedarse en su casa y dormir como un bebé bajo sus colchas, pero por otro, ya había pasado demasiado tiempo sin poder moverse o hacer lo que quería hacer y no iba a mentir, un poco le interesaba la joda esa. Sería la primera vez que saldría sin la botita a un lugar que no sea a Fisio o a la plaza junto a Agustín, por lo que no estaría tan mal festejar el comienzo de su último año con sus amigos.

Quién diría que iba estar esperando este tipo de cosas, su yo del año pasado que lo único que quería era solo enfocarse en la danza clásica se reiría de sí mismo si se viera en ese momento recortando una camisa vieja y pintándola con las cosas que le iban indicando qué escribirle.

—¿Y? ¿ya podés bailar? —Le preguntó una de las chicas, ganándose el codazo de Ari para que se calle. —¿Qué? Se desapareció medio verano, tenemos que actualizarnos.

—Todavía no —Contestó Valentín igualmente —No quieren apurar mis tiempos de recuperación para evitar futuras lesiones y quedar resentido. Por lo menos camino.

—Pero pronto vas a volver, ¿o no? —animó Ari dándole un ligero empujón. —Te falta poco.

—Menos que antes, sí.

—Bueno, ahí tenés —La chica de rizos azabache dejó a un lado los pinceles y témperas para mirar al colorado con una sonrisa pícara. —Ahora, lo importante es, ¿cómo van las cosas con Agustín?

—Boludo, no sabés lo que andan diciendo de ese día —Mencionó Justi, otra de sus amigas.

—El grupito con los que se junta te odian mas o menos.

—después de que te pasó eso, se decía que lo puteaste mal a Giay cuando te dejó en la enfermería. También que arruinaste la presentación, pero eso es ya de forros tipo vos sos el que menos quería lesionarse.

—Nacho estaba diciendo eso —acotó Ari.

Valentín asintió al escuchar toda la información, le parecía raro porque días antes se había disculpado con él y ahora volvía a hacer ese tipo de cosas. Lo mencionaría, pero le pidió que no lo haga y él cumple sus promesas.

—puede que sí lo maltraté un poco —Confesó avergonzado. —Pero él me dijo que me entendía con todo lo que me estaba pasando.

—O sea que no te disculpaste. ¿También lo ignoraste como a nosotras?

Silencio y ruido del mate que le acababan de alcanzar.

—Valentín...

—¡Bueno! Tengo que pedirle perdón por eso —Aceptó el pelirrojo. —Pero él es muy ambigüo, a veces siento que siente lo mismo que yo, otras que es así con todo el mundo y que venga todos los días a mi casa lo hace difícil, debería echarlo de mi casa a este punto si quiero superarlo.

—Ah, bueno —Dijeron las chicas. —Pero no lo ignoraste entonces.

—Intenté hacerlo, pero él apareció frente a mi puerta y no pude decirle que no.

—Entonces sí gusta de vos —Dijo Ari confundida. —No sé por qué te complicás tanto.

—No gusta de mí —insistió, está saliendo con alguien más. —Y ya está, debo pasar de página.

puntillas de pie a tu corazón {gialen}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora