Icy -Kv

O1

Su nombre, Jeon Jungkook, resuena en pasillos y campos de juego.

Jeon, a pesar de su estatus en el hockey universitario, es un estudiante comprometido. Su día empieza temprano, con entrenamientos en el gimnasio de ls universidad, después se sumerge en las aulas, donde, sorprendentemente, no se destaca solo por su atractivo rostro filoso, su espalda maciza y habilidades atléticas, sino también por su dedicación académica. No es de extrañar que cada chica a la que me dedica una sonrisa caiga enamorada a sus pies.

Jeon era el chico perfecto, estudioso, guapo…

Sus habilidades en el hielo van más allá de marcar goles. Los entrenamientos intensivos y el compañerismo en los vestuarios llenan algo nostálgico e incluso acogedor en su pecho.

Para Jungkook, el hockey no es solo un deporte; es una pasión que ha marcado su vida desde que era un niño.

Desde sus primeros días patinando en una pista de hielo de su pueblo natal, Jeon demostró un talento innato para el hockey.

La disciplina y el entrenamiento riguroso son parte integral de su rutina, moldeando su resistencia física y mental.

Jeon Jungkook era el chico perfecto.

Si no fuera por que, tenía un defecto.

Más bien, una debilidad.

Kim Taehyung.

Aunque Jeon está rodeado de admiradoras, chicas con cuerpos de escándalo, y amantes de noches de fiesta, sus ojos se han pasado desde hace unos meses en un chico tímido y precioso, Taehyung.

Que pasa desapercibido, en la multitud.

Intrigado por su discreción, Jungkook se da cuenta de que hay mucho más en Taehyung de lo que aparenta.

Al parecer, el resto de alumnos no eran conscientes de la belleza de Taehyung.

Jungkook, algún que otro día, después de
entrenar, se colaba en la biblioteca (tarea difícil considerando su gran tamaño y altura) y espiaba entre las estanterías al castaño.

Llevaba unos meses observándole, y se había dado cuenta de que no era una mera atracción física. Taehyung le gustaba mucho.

Obviamente, sus caderas contorneadas, sus pechos escondidos debajo de sus característicos jerseys de punto, su cintura estrecha y sus labios rojos no pasaban desapercibidos para Jeon, pero fue la personalidad agradable, modesta, humilde y sonriente de Taehyung lo que le cautivó.

Pero, desgraciadamente para Jeon, su enamoramiento no era recíproco.

Por lo que había escuchado, a Kim Taehyung no solo le desagradaba Jeon, más bien, le parecía un superficial insoportable, como todos los jugadores de hockey.

Jungkook debía analizar sus pasos, para conquistar al castaño de forma sutil, pero seductora.

Después del primer entrenamiento post verano, el aire vibraba con la energía renovada de la temporada.

Los vestuarios, llenos de risas y charlas un tanto subidas de tono, hablando de los diminutos bikinis de sus conpañeras de clase.

Mientras se quitaba la sudorosa equipación, los compañeros de equipo de Jeon intercambiaban miradas cómplices.

-¿y tú qué Jeon?- Pregunta Namjoon.

-¿hmm?- Murmura Jungkook, mientras secaba su cuerpo mojado después de una buena ducha.

-¿qué tal te ha ido el verano…?- Continúa Nam.

-Buah, Jeon se habrá hartado a follar…- Otro compañero se une a la conversación.