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En cuanto entraron al cubículo del vestuario sus cuerpos se entrelazaron.

Sus labios parecían devorarse, no podían separar una boca de la otra.

El ambiente en el estadio era electrizante mientras el equipo de Jungkook se enfrentaba a su rival más feroz en el partido más importante de la temporada.

Las gradas estaban llenas de aficionados que gritaban con cada jugada, y el aire estaba impregnado de la mezcla de frío y tensión que solo un partido de hockey decisivo podía generar.

En el hielo, los jugadores se movían con precisión y velocidad, ejecutando jugadas cuidadosamente ensayadas y defendiendo con ferocidad. El entrenador Kang, desde el banquillo, observaba cada movimiento, ajustando la estrategia en tiempo real.

Llegó el momento del primer cambio de línea. Los jugadores agotados patinaban hacia el banquillo, listos para ser reemplazados por sus compañeros frescos y ansiosos. Pero cuando el entrenador llamó a la línea de Jungkook para que entrara al hielo, una preocupación sutil comenzó a formarse en su rostro.

Jeon no estaba.

Los jugadores que se suponía debían reemplazar a los titulares miraron a su alrededor, buscando a Kook con la misma confusión y preocupación que sentían. El entrenador, ahora claramente alarmado, recorrió con la mirada el banquillo y la zona de cambio. El nombre de Jungkook resonaba entre los compañeros, buscándolo desesperadamente.

El estruendo de la puerta del vestuario al abrirse de golpe hizo que Taehyung se estremeciera, aún así, no se separó de los labios de kook.

La mano de Kook se había colado en el pantalón vaquero de Tae, y lentamente, acariciaban el monte de venus por encima de las bragas, bajando muy despacio.

Una mordida suave en su labio inferior hizo que Tae gimiera, los dedos de Jungkook le acariciaran, aún con la tela de por medio.

Diminuto, como siempre bajo el cuerpo de Jungkook, sus brazos acariciaban la nuca del jugador despacio, sin ser capaces de separar sus bocas.

Los besos húmedos, sus lenguas entrelazadas, hacían que el ambiente subiera rápidamente de temperatura, y que la tensión fuera palpable entre ambos.

Un golpe fuerte se escuchó en el vestuario, seguido de unos pasos agitados, que se escuchaban cada vez más cerca.

Aún así, no se separaron, las manos de Jeon acariciaron la pequeña espalda de Tae, apretándole contra su pecho mientras el castaño jadeaba en su boca.

-¡Jeon!, ¿Dónde cojones estás?- Namjoon entró, con una expresión de furia en su cara.

Los pasos se escuchaban por el vestuario, como si estuviera buscándole, pero a Kook no podía importarle menos el partido que se estaba jugando fuera.

Desde que entraron al vestuario, Jungkook y Taehyung habían estado en su propio mundo. Tras unos días de no haberse podido ver sus cuerpos se deseaban, no querían separarse.

Namjoon se da cuenta de que Jungkook está en uno de los cubículos, y aporrea la puerta.

-¡Jeon!, ¡Sal!, sé que estás ahí.- Dice Namjoon, con claro enfado. -El entrenador Kang estará muy cabreado contigo si no sales, estamos jodidos en el hielo…-

Jungkook se separa de la boca de Tae, pone los ojos en blanco, enfadado por la molesta insistencia de Namjoon.

-Dame cinco minutos y salgo…- Dice en alto Jeon, volviendo a besar a Taehyung.

Éste suelta una risita, y es cuando Nam se da cuenta de que Jeon no está solo.

-Estás jodido Jeon.- Farfulla, y sale por la puerta del vestuario.

Icy -KvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora