Icy -Kv

O2

Desde que la popular noticia floreció en la universidad Taehyung había estado evitando a Jungkook.

No por nada, simplemente no quería darle oportunidad de declararse, no quería rechazarle, ni hacerle daño, pero, ¿Y si era Jeon quien le hacía daño a él?, ¿Y si no era lo suficientemente frío?

Tenía tantas dudas que su rendimiento académico estaba siendo gravemente afectado.

En realidad, eso solo lo creía Tae, sus notas habían bajado apenas unas décimas.

Pero, durante los dos días que había estado huyendo de Jeon, había estado prestándole más atención al pelinegro, por muy contradictorio que sonara.

Sabía los horarios de sus entrenamientos, la gente con la que se juntaba, e incluso las fiestas a las que iba.

Eso, le había sido de gran ayuda para no encontrarse con él.

Pero, era inevitable no darse cuenta de… lo mucho que le ponía Jeon.

Quizás, por no darle importancia a su sexualidad sus hormonas se habían revolucionado por completo, pero, Dios Santo, el pelinegro era una tentación en persona.

Cabello oscuro, algo largo, abierto en la zona de su frente, ojos verdes, preciosos, pómulos y mandíbula angulosa. Era extremadamente guapo.

Y… bueno, por no hablar de la fama de los jugadores de hockey.

Hombros anchos, pectorales marcados y una altura desmesurada.

Jeon…, podría sacarle, entre dos y tres cabezas.

El vestuario de la universidad después de un entrenamiento de hockey era un escenario curioso.

La humedad se mezclaba con el sudor, prueba de un claro entrenamiento agotador.

Mientras Jungkook secaba su pelo mojado con su toalla, Namjoon le mira con una sonrisa burlona.

-¿Qué te pasa Jeon?, no das una en él hielo…- Dice, y Jungkook frunce el ceño.

-No me jodas.- Dice en tono sarcástico. Claro que lo sabía.

Jungkook era consciente de que su rendimiento estaba siendo casi nulo, pero por más que lo intentara, no podía dejar de pensar en Taehyung.

Cuando se termina de cambiar ni si quiera se despide de sus compañeros.

Mientras camina hacia la clase del señor Hee se frota la frente, sin creerse lo que iba a hacer.

-No me gusta mentir, Jungkook…- El señor Hee, uno de los mejores profesores de la universidad, y sobretodo, buena persona.

-Lo sé, siento hacerle pasar por esto señor Hee pero es una situación de vida o muerte…- Jungkook se apoya en el escritorio del hombre, intentando que el mayor le tuviera piedsd. -Solo tiene que decirle que usted quiere que él me ayude con matemáticas…-

-¿Puedo saber por qué, o para qué?- Dice Hee, y Jungkook suspira.

-Taehyung me gusta muchísimo.- Empieza. -Y, no deja de huir de mí por los rumores que hay, si no consigo que me escuche no podré aclararle nada…- Se sincera y el hombre mayor se enternece.

-Vaya …- Murmura. -Parece que te gusta de verdad…-

-¿me ayudará?-

-Solo por esta vez, Jeon.-

Al día siguiente, a la hora de la cena, Jungkook busca a Taehyung desesperadamente.

El castaño, por el contrario, estaba huyendo con todas sus fuerza de Jungkook.