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Jungkook se apoya en el marco de la puerta, y se le escapa una sonrisa al ver a Taehyung.

Era precioso.

Lavándose los dientes, apoyado sobre el lavabo, con unos vaqueros oscuros y un jersey rojo.

Se veía tan magnético, atrayente, haciendo una cosa tan mundana como era lavarse los dientes.

¿Sería así si vivieran juntos?

Últimamente lo había pensado.

Cada vez estaba más decidido de que quería pasar su vida entera con Taehyung.

A veces pensaba que, bueno, una vez tuviera la atención de Tae se cansaría.

Pero eso eran solo habladurías.

No podía pensar en nadie más que no fuera Tae. Está tan enamorado que no quería imaginar una vida sin él.

Taehyung se da cuenta de que le está mirando, y levanta una ceja.

-¿Qué pasa?- Dice con una sonrisa, y Jungkook se acerca a él, mirando hacia el espejo.

Sin decir nada, Jungkook rodea su cintura, y esconde la cara en su cuello.

Se empalmaba solo de olerle.

Se separa antes de que Tae lo note, y le da un beso en el pelo.

-¡Tenemos que irnos ya!- Dice Hoseok desde la puerta.

Tae recoge algunas de sus cosas y Jungkook lleva sus maletas hasta el autobús.

Lo bueno de salir con un chico tan alto y fuerte era que se sentía como una princesa.

Le llevaba las cosas, alcanzaba los sitios más altos y le cogía en brazos con extrema facilidad.

Eso le hacía pensar cosas…

Que no debía pensar.

Estos días… había estado tan cerca de Jungkook, de forma tan íntima, que iba a echarlo de menos.

Todas las mañanas, se cambiaban juntos, comían y hacían todo juntos, incluso, dormían juntos.

Pero no habían hecho nada de eso…

Taehyung se preguntaba porqué.

Es decir, sería normal que Jungkook quisiera hacerlo, llevaban juntos casi cuatro meses, y la gente de su alrededor ya había tenido relaciones sexuales.

Hace unas semanas se preguntaba si quizás Jungkook no le deseaba, y, por eso no había iniciado ningún contacto sexual, pero, se había dado cuenta de una cosa.

Cada mañana al levantarse, le sentía duro contra su culo.

Jungkook le apretaba con fuerza contra su cuerpo, casi no podía moverse, y sentía su erección presionando entre sus cuerpos.

Solo de recordarlo sus mejillas se ponían rojas.

Suben al autobús y pronto están de vuelta a la ciudad, y a la universidad.

Era pronto, se sientan al fondo del autobús, alejados del resto, y se acurrucan en los asientos.

Jungkook se había quedado dormido sobre su hombro, y Tae le acariciaba el pelo despacio, notando su respiración tranquila.

Unos asientos más adelante, Seokjin miraba por la ventanilla del autobús.

No sabía qué hacer.

¿Debía contárselo a Tae?

Estaba muy confuso, tenía una lucha interna entre el deber y el querer.

A veces se avergonzaba de sí mismo.

Icy -KvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora