Diecinueve

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Jeff regresó a la cafetería pero no para quedarse con su novio como había sido su primera intención, sino para coger su chaqueta e irse.

...-¿Por qué has ido tras él?

-Por qué quería ver cómo estaba

-Joder, Jeff...yo soy tu novio no él. Deberías estar de mi parte...maldita sea- maldijo este- mi jefe casi me despide. Menos mal que no había nadie aquí a parte de vosotros y no ha habido daños, aunque me ha costado convencerle

-Me voy a casa, Alan

El camarero miró a este con confusión.

-Creí que te quedari...

-Pues no, no voy a quedarme. Estoy furioso contigo

-Ya has escuchado a ese

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-Ya has escuchado a ese...aaaawww- gruñó en voz baja el camarero, para no alertar a su jefe quién estaba en la trastienda- él insultó a mi hermano, es un idiota petulante con aires de grandeza... siempre lo ha sido

-Si, es verdad pero eso te ha dado igual...a todos nos lo ha dado y lo hemos aceptado tal como es. Durante años hemos sido su amigo...ha sido tu mejor amigo

-Si pero eso no le da derecho a hablar así de mi hermano

El más bajo cogió su chaqueta de la silla para irse pero antes nuevamente miró a su novio.

-Él tiene sus razones...vale que no ha sido la mejor manera de expresarse pero...

-¿Pero?

-Pero solo intenta hacer lo correcto pero tú solo has sido un salvaje

-Espera...espera...¿Yo soy el malo aquí?- renegó Alan incrédulo-Ibas a mentirme por él, a mí...al hombre que dices amar

-Si iba a hacerlo porque...

-¿Qué es lo que pasa, Jeff?, ¿Por qué  te callas?..¿Acaso tú y él....oh joder no puedo creerlo, ¿Me pones los cuernos con Charlie?

Jeff soltó un sonoro resoplido.

-Deja de decir idioteces, Alan. Charlie es mi amigo...nuestro amigo y lo está pasando muy mal y tú en vez de entenderlo, solo lo golpeas

-Oh pobrecito...ahora resulta que la presencia de mi hermano le hace sentir mal...oh claro, su olor a caballo, ¿Verdad?- habló Alan con sarcasmo- venga ya, solo es un niño de mamá, con ínfulas de príncipe

Jeff chasqueó la lengua con desgana y a continuación caminó hasta la puerta del local.

-Me voy, no merece la pena hablar cuando te pones de ese modo... adiós

Alan gruñó nuevamente mientras se sujetó la cabeza entre las manos.

-Maldita sea...maldita sea

Mientras, a varios kilómetros de allí, Charlie furioso entró en su casa, tras dar un fuerte portazo, entonces subió a su habitación y empezó a golpear los muebles y a tirar sus cosas contra la pared, mientras gritaba con desesperación.

6. Pura obsesión - CharlieBabe  TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora