CAPITULO XI

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—Daremos inicio a la lectura del testamento de la señora Amalia.
Al día siguiente nos encontrábamos las 3 en la lectura del testamento de mi abuela después de 5 años Alfin el abogado había logrado recuperar el papeleo.
—ya que estamos todos dando inicio con la lectura del testamento doy a firmar al tutor legal la custodia total de la joven Regina a la señora Carmen ya que durante estos 14 años ella se ha hecho responsable de ella y dejo a su custodia total a mi hija Carmen ya que antes de morir la señora Ángelica le entrego custodia a la abuela Amalia dicho esto firme aquí por favor—dijo eso y mi madre se quedó algo paralizada con la noticia y bueno mi tía termino firmando todo.
—Dare lectura a lo siguiente, angélica cuando escuches mi testamento no quiero que intentes impedir por nada del mundo la felicidad de mi nieta ni mucho menos se te dará la custodia ya que legalmente Carmen es la tutora legal de Regina y bueno como comprenderán ya somos una firma muy reconocida antes de morir me encargue de dejar todo en perfectas condiciones hasta que mi nieta cumpla la mayoría de edad se hará cargo Carmen de las empresas en Nueva York ya que la expansión de mi firma ha llegado en alto y el legado de Regina es estar en la sima no en un pueblo de quinta es por eso que respaldare a tu marido Angélica para que dejes ir a mi nieta con tranquilidad dicho esto la heredera universal de mi fortuna y de todos mi vines es Regina y como sucesora del puesto legal en lo que ella cumple los 25 años de edad para cumplir con lo estipulado será mi hija Carmen.

Me quedé pensando en la lectura del testamento de mi abuela y si efectivamente estos me querían matar de trabajo no pues que bien que hasta mi propia familia me quiera matar de tanta carga laboral.
—¿Pasa que a mí no me dejó nada?
—si si le dejo su casa la que está en este pueblo es de usted la señora Carmen antes de irse tendrá que pasarla a arreglar por usted y la casa es suya sin ningún problema.
—si—eso dijo mi mamá quedándose resignada por la lectura del testamento de la abuela.
—Bueno eso es todo, sólo la señora Carmen y angélica me pueden firmar de que todas estuvieron presentes y tú pequeña me puedes poner tu nombre.
El abogado dijo eso ya que no me quedo de otra más que hacer lo que el señor abogada me pedía ya que estaba sentado de 2 grandes mujeres las cuales no permitirían que me saliera con la mía.

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Los días habían pasado muy rápido las cosas avanzaban bien ya casi no tenía trabajo ya que tenía una mano derecha en la financiera, en otros temas me sentía agotada de ir al colegio venir hacer papeleo aquí y demás cosas.
—Regina.
—Que pasa Carmen.
—julio está abajo.
—Dile que no me encuentro.
—No, quiere hablar contigo viene temblando.
—ese no es mi problema no estoy para consolar a nadie no me siento bien.
—como líder tienes que ocultar Tus emociones y ponerte en el lugar de otros.
—a eso se le llama empatía, Carmen eso ya lo se pero julio sólo viene a quejarse de sus novias conmigo no habla de otra cosa más que de sus ligues.
—tu deber es hacer que no pierdan la cabeza.
—eso no es justo ya que yo no tengo a nadie quien me ayude a no perder la cabeza,mmm dime dime ami quien me escucha dímelo Carmen porque enserio que me estoy volviendo loca en tomar la batuta yo sola y que nadie me escuche.
—asi es ser un líder y si no vas a a soportar la soledad déjame decirte querida Regina que entonces este puesto no es para ti y tienes que hablar con tu padre.
Carmen salió de mi habitación hecha furia ya que me encontraba meditando la situación de mi vida y ella vino a arruinar mi paz así que eso significaba algo que tendría que bajar a ver que quería julio.

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— Hola julio, ¿estás bien?
— Regina no tenemos tiempo rápido vámonos.—dijo eso julio jalando mi brazo.
— Respira julio explica, ¿que sucede? , por qué me estás asustando.
—Esque—el silencio abundó en la sala y vi como julio temblaba, pero no sabía si estaba de nervios o tenía miedo.
—josé, Jose, Jose tuvo un accidente en la carretera y fue mi culpa.
—¿pero que paso?
—esque el me dijo que quería que lo enseñará a manejar la motocicleta.
—Eres un idiota o que?
—No, Regina es que yo se manejar en moto pero no...
—si se que sabes pero no eres un instructor de manejo ni ibas con un mayor de edad.
Después de decir eso fui por Carmen y ella ordenó que Fausto nos llevará al lugar donde fue el incidente.
—Es enserio, cómo se te ocurre dejarlo aquí todo inconciente julio—dijo Carmen algo preocupada.
—Tengo miedo.
Eso fue todo por parte de julio ya que  Carmen acudió a llamar a la ambulancia y no había nada que nosotros no pudiéramos hacer así que ordenó que nos subiéramos  la camioneta.

te amo,te odio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora