3.JUGUEMOS ENTONCES

873 70 22
                                    

Oh Dios mío, Paulo,

Ahora mismo mientras escribo mis manos están temblando, porque todavía no puedo creer lo que acaba de pasar. Volver a tocarte, a estar junto a ti y sentir tu piel me ha dado mil años de vida, me ha dado esperanza. Y hoy prometo no perder la fe, aunque el mundo entero se me venga encima y todo parezca perdido, mientras tenga tu amor.

Cuando me dijiste que me amabas como el primer día, en medio de la oscuridad, sentí que volvía a nacer. Por eso no pude impedirte que me besaras, ni detener tus caricias, ni negarte mi cuerpo, ni mi alma, ni mi amor.

Soy tuya... otra vez... Aunque la verdad es que nunca he dejado de serlo. Hoy no puedo decírtelo, pero tal vez algún día sepas que tú has sido el único hombre en mi vida y que, a pesar de llevar dos años casada con Ugo, él jamás me ha tocado...

Tuya más que nunca,

Lina.

Termino de leer otra página del diario de mi madre y me alejo del sofá para servirme un vaso de agua. Luego me paro frente a la pared de cristal del estudio y observo mi reflejo en él. Hoy es uno de esos días en los que las ideas suicidas me atormentan la cabeza. Lo veo todo tan gris, tan inmóvil y calmado, tan... muerto. Muerto como el cadáver de mi hermana.

Encima amanecí con el cuerpo cortado. Me duele todo y no he podido probar nada. En cambio no he dejado de beber litros y litros de agua, como si tuviera la peor resaca de la historia. Al final tanto encierro en el estudio de grabación me va a enfermar.

Doy un par de vueltas para terminar sentada en el piano. Me recojo el cabello con el lápiz que uso para componer y dejo que mis dedos fluyan sobre el teclado. Una nueva composición y en tan solo catorce horas. Ya tengo todo el repertorio para mi nuevo álbum y eso me pone de los nervios, porque pensé que me tomaría más tiempo. Pensé que la grabación del nuevo disco ocuparía mi tiempo y mi cabeza. Ahora no sé qué voy a hacer en lo que espero a que pase el luto para anunciar mi compromiso con Dante.

—Interesante composición —una voz que conozco a la perfección llega a mis oídos desde la puerta—. Demasiado profunda y melancólica para mi gusto. ¿Cómo le has puesto?

—Puesto que ya tengo una pieza llamada "Melancolía", a esta le pondré "Gris".

Gris, Melancolía, Si no estás... Tu nuevo álbum es de música corta venas —tal pareciera que se mofa, pero no estoy segura. Con él nunca se sabe—. No creo que promover el suicidio le dé muy buena imagen a la esposa de un Comisionado de la Policía.

—No estoy de humor hoy, Dante —le corto el rollo—. Así que dime qué quieres.

—Princesa, tú nunca estás de humor. Esta tarde hay un acto político al que quiero que me acompañes.

—Estoy de luto, ¿recuerdas?

—No es una fiesta ni mucho menos, Caeli y por si no te has dado cuenta —llega hasta mi posición y se mete en mi campo de visión al recostarse al piano—, ha pasado más de un mes, casi dos. Es tiempo de empezar a salir a la luz pública.

Todo mi cuerpo tiembla de repente, porque sé lo que viene.

—Eso significa que...

—Pondremos nuestro plan en práctica. Así que ponte guapa y marca este día en el calendario, porque hoy inicia la caída de Ugo Rinaldi.

Tomo una profunda respiración al sentir cómo mis piernas tiemblan y se me revuelve el estómago.

—Tengo miedo, Dante —confieso de la nada, sin saber por qué.

Peligrosa TentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora