Una historia donde nada es lo que parece.
Un recuerdo borroso.
¿Tener los recuerdos bloqueados es aterrador?
¿O es más aterrador enterarte de que todo lo que has vivido es una farsa?
Un romance inquebrantable, donde se apoyan mutuamente.
Uno donde n...
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Nuevo capítulo.
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Disfruten. 💙🩶❤️🔥
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Joder...
Esto no puede estar pasando.
Karim y Klaus están frente a mí con una sonrisa, retrocedo y trato de ir al baño. Ni loca me quedo con ellos.
—Pagamos por un trato especial... ¿No quieres que te reportemos, o sí? —dice Karim volviendo a tomar la postura del chico con aura oscura que vi en clases el primer día que lo conocí. Adiós al Karim tierno.
Una mano se apodera de mi muñeca y me arrastra hasta el centro de la habitación.
—Seremos buenos clientes, pequeña —susurra en un tono seductor Klaus.
Dios...
No le puedo quedar mal a Dan. Los reparos una vez más; están que se caen de buenos, pero la sola idea de ser la amante me echa para atrás. Su ropa coincide con los hombres a los que vi riendo con una hermosa rubia. Se veían cómodos con ella.
—Hagan un reembolso —corto cualquier intención que tengan.
El mayor ríe, se sienta en una de las sillas que son exclusivas para el cliente. Lucen como un trono.
Tocan la puerta y todos giramos, me apresuro a llegar a ella.
Dan.
Joder, sí.
—Traigo otro trono para otro Rey —es lo primero que dice cuando abro.
—Dan, no quiero hacer esto —susurro para los dos.
Concentra su atención en mí, su gesto de amabilidad cambia y se acerca a acariciar mi cabello.
—¿Te hicieron algo? —pregunta—Puedo cambiar de cliente.
—Tú no decides nada —se interpone Karim agarrando mi cintura y llevándome con él—Pague por ella, así que te jodes.
Klaus solo nos mira hacer un show, no quiero que los vigilantes tengan que verme semi desnuda, empujo suavemente a Dan.
—Olvídalo, quédate tranquilo —arreglo la situación, él duda, pero antes de que pueda decir algo, Klaus ya se había levantado y estrelló con fuerza la puerta.
Mi plan: Quedarme aquí sin hacer nada, compraron el tiempo, no a mí.
Paso de ellos y me dirijo a la cama. Ellos intentan seguirme, y les pongo un alto alzando mi mano.
—Admiro su belleza, chicos, su elegancia y todo lo que quieran —señalo—. Pero no admiro la infidelidad, por favor, quédense lejos hasta que termine la hora.
