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Juntos

Narración de ____

Abrí la puerta de casa cuando volví, el silencio era demasiado, solo podia escuchar las agujas del reloj moviendose.

Había vuelto de caminar para calmarme, por que habia peleado fuertemente con Mateo, esta vez, la pelea mas intensa que habiamos tenido nunca.

Ayer había vuelto de una joda, muy, muy tarde, y no solo que eso, si no también llegó drogado.

No drogado de marihuana, no era eso lo que me molestaba...Estaba consumiendo cocaina, algo que el dijo que jamas habia hecho y que nunca lo iba a hacer.

Pero este último mes, se habia comenzado a juntar con "amigos" que no eran muy buena influencia, y habia comenzado a consumir.

No era la primera vez que llegaba en ese estado, y eso, me destrozaba.

Al sentir tanto silencio en la casa, me asuste un poco, Mateo no tenia que salir hoy por lo que me había dicho.

Subí las escaleras y camine por el pasillo, que lo sentia cada vez mas largo, sentía que no llegaba más.

Cuando abri la puerta de la habitación, encontré la peor imagen que pude ver en mi vida, y rapidamente comencé a llorar.

Corrí hasta donde estaba el y lo di vuelta, estaba convulsionando.

Lo puse de costado para que no se ahogue con la baba que no podía tragar y llame a emergencias.

La habitación era un desastre, había cocaina en la mesita de luz, al lado de donde estaba el.

Si te digo que habían muchas lineas estaria mintiendo, eran pocas líneas, pero mas montonsitos.

Estaba en desesperación, no podía parar de llorar, y abrazaba a Mateo como si me lo fueran a arrebatar.

Cuando llegó la ambulancia, se lo llevaron a urgencias, yo me habia quedado respondiendo preguntas a la policía.

Cuando terminó el cuestionario, me dejaron libre y se llevaron toda la droga de la casa, mientras yo les agradecia por sacar esa mierda de mi hogar que era tan bello hasta que llegó eso.

Llegué al hospital, las enfermeras me dijieron que Mateo estaba en coma, que habia ingerido 10 gramos, y que su cuerpo no habia desarrollado inmunidad ni para 2 g.

Digieron que le iban a hacer una desintoxicación, y si despertaba, lo iban a llevar a drogadictos anonimos para que inicié su rehabilitación.

No me dejaban verlo, cosa que me carcomia la cabeza.

Por suerte, Valentin, amigo de Mateo y mio, se quedo conmigo en estos días tan dificiles para mi.

Se quedaba a dormir en la habitación de invitados, mientras que yo dormía en la habitación que compartia con Mateo, pero, sola.

La casa se sentía mas solitaria de lo normal, mas apagada, aunque los gatos hacian una linda compañia, yo queria la compañía de mi prometido.

Cada vez que lo extrañaba, tocaba mi anillo, con esperanza que eso lo hiciera despertar.

Pasaron la semana y fui al hospital, como hacia todos los días, con la esperanza de que me dijieran que esta bien y que habia despertado.

Señorita, le informamos que si bien Mateo Palacios no despertó, puede entrar a verlo.

—Gracias...gracias enserio gracias...

Entre a la habitación del hospital, y estaba el ahí, conectado con un millon de cables a maquinas, me puse el banquito al lado de el y me senté, agarre su mano, y la acaricie.

Mi vida...No sabes la falta que me haces...No sabes lo que sufro cada dia al imaginarme que lo ultimo que hicimos juntos fue discutir, y que la razón de la discusión, te haya dejado así, en este estado.

—Te extraño con cada parte de mi cuerpo, y no soy la unica, Pac y Lina extrañan a su papá...Valentin me esta haciendo compañia, el también te extraña mucho.

—Mateo, no puedo estar mas tiempo sin vos, te extraño demasiado, la casa es un desastre, te necesito Mateo...Te amo...

Yo te amo mas mi vida...

Escuché eso salir de su boca en un murmullo, y comencé a llorar desconsoladamente y lo abracé.

La puerta se abrió, dejando ver a un grupo de enfermeras que me sacaron, diciendo que mi prometido necesitaba revisiones, por que sus signos vitales habian cambiado al de una persona despierta.

Despues de unas horas, dejaron entrarme, y ahi estaba el, jugando con sus manos.

Entre y me senté en el banquito, al lado de la cama.

—No puedo mirarte a la cara...perdoname...porfavor...Te juro que no lo voy a hacer otra vez.

—Matu...porfavor, mirame a los ojos y prometemelo.

Con algo de miedo, levanto su cara y me vio.

Te lo prometo.

—Vas a empezar rehabilitación, y lo vamos a superar juntos.

—Te amo...mucho, disculpame por ser tan estupido, lo habia hecho por que pensé que así podria distraerme de la pelea...Perdon.

—Te perdono gordito...sabes que si, sabes que te amo y que no puedo estar así con vos...pero porfavor, no lo vuelvas a hacer, te necesito sobrio, conmigo, Mateo.

—Si mi vida...yo también te amo gorda.

ONE SHOTS• Mateo Palacios-TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora