☾ Efecto mariposa ☾

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El Nader se acercaba de manera lenta hacia mi, como si de un cazador a su presa se tratase... Oh, espera, yo soy la presa..

De manera rápida miraba hacia mi al rededor, buscando alguna salida que pudiese usar para escapar; pero lo único que encontraba era fuego, fuego y más fuego. Tampoco podía perder de vista al Nader durante más de un par de segundos o sino habría firmado mi propia sentencia de muerte. En términos fáciles de comprender: Estoy jodido.

Estuve a punto de levantar el hacha para propinarle un golpe directamente en el cuello, pero tuve que detenerme cuando el dragón en vez de atacar, abrió su boca dejándome una de mis vistas menos favoritas: Sus colmillos afilados segregaban una extraña sustancia verde traslúcida, estaban agujerados y de esos agujeros salían lo que parecían ser pequeños gusanitos. Era asqueroso y más sabiendo que esos aparentes gusanos eran en realidad una especie de mutación en el hongo para liberar esporas de manera más rápida y efectiva.

Una mutación... Mierda, a esas cosas solo las matas descuartizándolas para que no puedan casar y se mueran de hambre o quemándolas. No puedo matarlo yo... Al menos no en este lugar.

Cuando el dragón se me acercó lo suficiente, le pegué con el hacha en el cuerno que se hallaba frente a su nariz, esta cosa estaba tan enferma que un cuerno normalmente "resistente" se acababa de quebrar de un hachazo. Lo escuché rugir con dolor, así que aproveché esa distracción para buscar por donde escapar del fuego; por suerte o por desgracia, mi única opción en este momento es saltar a través de la pared de fuego y luego rodar por el suelo para evitar morir quemado.

No me detuve a pensar dos veces, corrí directamente hacia el fuego y salté a través de él. En cuanto salí del otro lado, me dejé caer al suelo para rodar y luego chocar a propósito con algunas rocas que tenía ahí cerca.
Al levantarme me di cuenta de que la tela que usé a modo de cubrebocas estaba llena de esporas, así que me la quité y la lancé al fuego para que se quemara.

—Puta madre, eso estuvo demasiado cerca

Jadeé antes de comenzar a correr sin dirección fija, únicamente escuchaba como el Nader corría detrás de mi y rugía ocasionalmente. Esto no era nada bueno...
Por momentos me detenía para golpear el hacha de Heather contra cualquier cosa que tuviese en frente y gritar, así asustaría a todos los dragones y animales salvajes que estuviesen cerca para que huyeran tanto de la cosa que me estaba persiguiendo a mi y del fuego que se expandía constantemente.

Por un momento pensé en llamar a Bella, pero el viento me quitó el cabello de los ojos así que por fin pude ver la situación en la que me encontraba: Podía llamar a Bella para que me sacara de aquí, pero la única manera de llegar a mi era atravesando directamente el fuego. Si la llamaba ahora la iba a condenar a que las esporas entraran en su organismo.

Seré un idiota hijo de puta, pero no lo suficiente como para arriesgar de esa manera a mi familia... La única familia que me quedaba.

Cuando me alejé lo suficiente del fuego por fin dejé de correr y me di la vuelta, esperando al Nader que esta vez se acercaba de manera rápida y que no dudó en lanzarse contra mi. En cuanto lo tuve cerca, le hice un corte directamente en la cara, seguido de un corte en el cuello que prácticamente lo decapitó.

—Vaya, nunca había visto un hacha de doble filo... Es muy útil—afirmé al acercarme al dragón para cortarle las patas, la cola y las alas.

¿Acababa de descuartizar a un dragón? Pues... Prácticamente si, pero no es la primera vez que lo hago de todas formas. Además, cuando el hongo muta la única manera de matar al huésped es descuartizándolo para que no se pueda mover, así que no podrá cazar y morirá de hambre en cuestión de dos horas a lo mucho.