☾ Efecto mariposa ☾

5

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Me encontraba sentado en la cama de abajo de la litera que compartí con Victoria, estaba abrazando mis rodillas y Bella estaba a mi lado observándome con preocupación.

—¿Qué te pasa?

Escuché la voz femenina que me hablaba, al levantar la mirada me encontré con una Victoria que acababa de entrar al cuarto junto a Luno y que me observaba con preocupación.

—Nada, solo tuve un mal sueño—respondí un poco frío para que me dejara en paz.

Ella se sentó a mi lado en la cama y me observó con duda. Simplemente no quería contarle que acababa de discutir con nuestro padre porque ella era muy apegada de él... Ella era apegada de él, yo era muy apegado a mamá.

—Estás triste... ¡Yo sé qué es lo que necesitas!

—Vicky, por favor no empieces-...

—¡Tú necesitas un abrazo!

Sin darme más tiempo para negarme, Victoria se abalanzó hacia mi para rodearme con sus brazos, así que intenté forcejear para quitármela de encima pero fue inútil. Ella era mas fuerte que yo físicamente.

—¿Te sientes mejor?

—No, de hecho me siento peor que antes... ¿Ya me sueltas?

—No, no puedo soltarte hasta que te sientas mejor

Bufé antes de comenzar a forcejear nuevamente para que me soltara, de nuevo no tuve nada de éxito con mi objetivo. Eventualmente me di por vencido y me dejé abrazar por ella, ocultando mi rostro en su hombro izquierdo, nunca iba a admitirlo, pero siempre me iban a gustar sus abrazos y los de cualquier persona en realidad. Nunca iba a admitir lo mucho que me gusta el contacto físico.

—¿Ya funcionó?

—Tal vez ha funcionado un poco...

Sonreí suavemente, llevando mis manos a la espalda de mi hermana para apegarla un poco más a mi cuerpo y así poder abrazarla con un poquito más de fuerza y comodidad. Siempre fingí que no me gustaba que me abrazaran, pero en realidad siempre me había gustado...

Aunque... Me hubiese gustado haberle dicho antes a Victoria lo mucho que me ayudaba cuando ella me abrazaba cada que me sentía mal.

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Me encontraba sentado en el techo de la cabaña que recién había sido construida en la isla para mi, Bella estaba a mi lado sentada. Estaba sentado abrazándome a mi mismo y ocasionalmente frotándome los brazos con las manos, mirando hacia abajo de manera prácticamente fija.

Bella estaba terminando de comer, yo ya había acabado pero no pensaba irme hasta que ella también acabara, siempre ha sido así; siempre compartimos la mesa y si ella no puede comer en la mesa conmigo, prefiero comer en el suelo con tal de quedarme con ella. Lo mismo pasa con la cama; no puedo dormir si ella no está cerca y ella no puede dormir si yo no estoy con ella.

Aunque estaba en silencio, muy en el fondo estaba tratando de auto recrearme la sensación que siempre me dejaban los cálidos abrazos de Victoria, pero fui interrumpido cuando una voz masculina bastante suave se escuchó detrás de mi.

—¡________! Ahí estás, llevo 15 minutos buscándote

—¿Hipo?, ¿qué pasa?, ¿necesitas ayuda con algo?

—¿Qué?, ¡no! Solo... Pensé que querrías hablar con alguien

El castaño bajó de su furia nocturna para poderse sentar a mi lado, Chimuelo se acercó un poco a Bella quien le rodó los ojos y siguió en sus asuntos.