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—¿Victoria?...

Pronuncié aquellas palabras con incredulidad cuando la chica frente a mi se dio la vuelta, ni bien terminó de hacerlo cayó desmayada. Inmediatamente extendí mis brazos hacia ella para atraparla antes de que cayera al suelo, luego me arrodillé colocándola en mi regazo.

¿Qué hace ella con los cazadores de dragones?, ¿qué hace ella aquí?, ¿por qué su cuerpo está lleno de rasguños, cortes y moretones?, ¿eso que tiene en la clavícula es un chupetón?, ¿tan siquiera es ella de verdad?, ¡mierda! Tengo tantas preguntas ahora mismo, de verdad tengo demasiadas.

Observé su rostro unos momentos, sus facciones, sus ojos, su cabello... ¡Es ella, de verdad es ella! Justamente cuando me di por vencido y acepté que probablemente nunca más volvería a verla, ella se aparece en la isla donde estoy viviendo. No sé si debería agradecerle a los Dioses o enojarme con ellos por burlarse en mi cara de esta manera.

Maldita idiota, idiota, idiota, idiota, idiota, idiota.

¿Qué es este collar que ella tiene?, ¿por qué tiene líquido adentro?... Dioses, ¡no puedo pensar bien! La palabra "confundido" se queda muy corta para explicar cómo me siento ahora mismo.

Solo sé una cosa: No puedo dejarla aquí y menos con ese collar que se nota desde lejos que la está lastimando...

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Desperté algo mareada y con náuseas, mierda, ¿de verdad tenía que desmayarme? Ahora estoy en manos de los jinetes y estoy segura de que mi sentencia de muerte ya ha sido firmada.

Me senté con dificultades solo para darme cuenta de que estaba en una cama, rodeada por 4 paredes de acogedora madera. En cuanto reaccioné comencé a buscar alguna marca de abuso en mi cuerpo pero no encontré nada, no sé si estar agradecida o asustada.

Espera... ¿Y mi collarín?, ¿cómo es que?-...
No, ¡solo Grimmel tiene la llave para quitármelo!, ¿por qué no lo tengo puesto?

Llevé mis manos a mi cuello para verificar lo obvio: mi collarín ya no estaba y por ende el veneno ya no estaba siendo suministrado en mí. Pero ahora tengo muchísima comezón.

Tengo miedo, hambre, comezón, me duele todo y estoy en un lugar desconocido. Tengo que irme, tengo que escapar y volver con Grimmel; ¡no quiero que me golpee de nuevo! Siempre que está enojado manda a sus hombres a golpearme, ¡no quiero que lo haga de nuevo, tengo que volver!

Espera, ¿y Luno? Se supone que estoy en una isla llena de jinetes, solo espero que él esté bien y no le estén haciendo daño...

Miré mis brazos, están... ¿vendados? Las heridas que me hice hace rato por los matorrales están perfectamente vendadas... Dioses, no sé si asustarme más, agradecer o saltar por la ventana ahora mismo.

En cuanto mis piernas comenzaron a hacerme caso me levanté de la cama de manera torpe. Puta madre, parezco ciervo recién nacido.
Me sujeté de la mesita de noche e inhalé y exhalé un par de veces. Tengo que estar fuerte para buscar a Luno y largarme de aquí, ¡no puedo irme sin mi mejor amigo!... Mi único amigo...

En un momento de distracción escuché la puerta abrirse, así que dirigí mi mirada a la puerta abierta. Sentí mi corazón acelerarse y golpearme con fuerza al ver al mismo jinete que vi hace rato. No sé si estoy nerviosa, asustada, paranoica o si ya estoy comenzando a delirar, pero juro que ese jinete fácilmente podría ser mi hermano.

☾ Efecto mariposa ☾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora