☾ Efecto mariposa ☾

11

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Era de madrugada, Bella ya se había quedado dormida y claramente todos también estaban en sus hogares descansando... Menos yo porque tengo PUTO insomnio y simplemente no pudo dormir.
Aproveché que todos estaban dormidos para marcharme al bosque y caminar por mi cuenta, guiándome con la luz de una vela que llevaba conmigo y cuyo fuego cuidaba para no provocar un incendio por accidente.

Desde que maté al Nader el primer día que estuve aquí, no he visto más huéspedes en esta isla, pero no puedo estar tranquilo sin dar una vuelta a los al rededores para asegurarme de que todo siga así; confiarme fue lo que provocó que no hablara sobre la manzana contaminada y llevé a la perdición a todas las personas a las que alguna vez conocí y quise.

Mientras caminaba escuché un ronroneo detrás de mi, así que me di la vuelta para ver qué era lo que emitía ese suave sonido. Por un momento esperé que Bella se hubiera despertado al ver que yo ya no estaba con ella y me hubiera seguido, nunca esperé que Chimuelo se hubiese escapado de los establos para seguirme por mera curiosidad de saber qué estaba haciendo.

—¿Chimuelo?

El furia nocturna volvió a ronronear y se acercó para comenzar a frotar su cabeza contra mis manos para pedirme algo de afecto, así que no pude resistirme a rascarle la cabeza y la barbilla.

—Tú no deberías estar aquí, amigo

Solo recibí un ronroneo más intenso como respuesta, así que apagué la vela para evitar quemar algo, quemarme o quemar a Chimuelo.

—Aunque, he de admitir que es reconfortante que estés aquí... El bosque es un lugar aterrador de noche y más cuando vienes solo

Lleve mi dedo índice a mis labios para pedirle a Chimuelo que dejara de ronronear y se mantuviese en silencio. Luego comencé a caminar guiándome de Chimuelo que a diferencia de mi si tiene visión nocturna, aunque no tardé mucho en comenzar a tropezarme con raíces y golpearme con ramitas.

El bosque no deja que la tenue luz de la luna nos llegue y nos ilumine, así que estar en tierra de noche es algo complicado.
Chimuelo se colocó detrás de mi para empujarme y hacerme caer sobre su lomo, como si me estuviese pidiendo montarlo para poder buscar una ruta aérea y no seguir medio matándonos en el bosque.

—Ouch- Gracias, amigo... Aunque no tengo idea de cómo manejar tu prótesis

Nunca me había preguntado respecto a por qué Chimuelo usa una prótesis hasta este momento, pero ahora que lo pienso: Hipo también tiene una prótesis. Siempre he pensado que los dragones se parecen a sus mejores amigos sean humanos o sean otros dragones.

Recordé que Hipo mueve su prótesis en la montura de Chimuelo para controlarle la prótesis de la cola y que así el dragón pueda volar. Intenté hacer lo mismo, moviendo la prótesis de Chimuelo en varias direcciones solo por mera curiosidad.

—Vaya, esto parece más fácil de lo que pensab-... ¡AAHH!—Al parecer dejé la prótesis en la posición correcta para que Chimuelo pudiese alzar el vuelo, así que eso hizo—¡E-ESPERA, AÚN NO SÉ CÓMO HACERLO!, ¡ADEMÁS DE QUE AÚN TENGO PROHIBIDO VOLAR!

Me aferré de la montura del dragón que no tardó en sacarnos a ambos del bosque, el cielo era más iluminado y podía ver mejor. Volví a cambiar la posición de la prótesis, aunque al parecer esta vez lo hice mal porque nos fuimos en picada y Chimuelo rugió algo nervioso por eso.

—¡TE DIJE QUE NO SABÍA CÓMO HACERLO!

Moví nuevamente la prótesis en todas las direcciones que pude hasta que segundos antes de empalarnos con los árboles encontré la posición correcta para que Chimuelo pudiese estabilizarse y volvernos a elevar. Como recompensa por mi error recibí un golpe en la cara por parte de uno de los apéndices de la cabeza de Chimuelo.