Capítulo 3

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Cuando llegue alli me atendió un simpático doctor, de mediana edad, haciendo que mi miedo y nerviosismo bajaran considerablemente.

Me cogió una muestra de sangre y de saliva para poder tomar resultados oficiales sobre ellos que, según él, llegarían dentro de una  semana o dos. Me habló durante mucho tiempo sobre el cáncer y sobre esa depresión involuntaria que te entra al saber que tienes esa enfermedad, sin embargo, no es tan maligna como hacen creer, cómo si fuera un tema tabú del que no se puede hablar. Me explico que hay muchos tipos de está según la persona, podías vivir durante muchos años con una vida normal a pesar de haber sufrido cáncer gracias a la quimioterapia; también había otros que, desafortunadamente, le tenían que extraer esa célula maligna que podían tener ya que la quimioterapia no funcionaba, y por último, las personas que jamas podrían superar el cáncer porque tenían metástasis y el cáncer se trasladaba fácilmente por el sistema, sin cura alguna; el cáncer terminal. El cual me hizo recordar a Bill...¿Tan mal lo habría pasado?

-Señor usted cree que...¿Tendrán que cortarme la pierna?- pregunté asustado y con el corazón a cien. Él me dijo que había casos así, y eso me devastó ¿Y si yo era uno de ellos...?.

-Se quitó las gafas y cruzó las manos, mirándome directamente con un semblante serio.

-Sinceramente, Tom, no lo sé. Se lo he explicado, y desee estar contento de que no tiene leucemia, ya que es incurable. Necesitaré hacerle pruebas y un PET, si usted se deja, claro. Es mayor de edad y puede hacer lo que quiera- me mordí el labio y tan solo asentí con la cabeza gacha. ¿Así que había posibilidades? Mierda...esto cada vez me hundía más sin poder evitarlo.

-Si, está bien ¿Cuándo sería el PET?- pregunté, y vi que sacaba una hoja de su cajón.

-Tome, debe de firmar esto para dar permiso de que podemos hacérselo- me tendió un bolígrafo y simplemente lo hice -Pues no lo sabemos con exactitud, dentro de un tiempo se lo podemos hacer, o cuando quiera- dentro de un tiempo...sonaba demasiado pronto incluso para mi. Sin embargo, sabía que sí esperaba más, cada dia estaría dándole vueltas una y otra vez, sin poder quitarme ese tema de la cabeza... Así que tan solo afirmé.

-Si, está bien- respondí, un poco más seguro.

-Perfecto- dijo -Y...por cierto, me temo que tendrás que quitarte el piercing. Los metales...

-Esta bien, no importa- le corté. Sabía de todas formas que tendría que quitarmelo. Él me miró complacido y comenzó a ordenar todos los papeles que tenía en la mesa en una carpeta la cual ponía mi nombre, suponía que allí estaría todos mis datos personales...Vi como sacaba una llave de su bolsillo y abría uno de los cajones, el cual tenia cientos de carpetas iguales. Lo cerró de nuevo con la llave y, justo cuando se la iba a guardar de nuevo, picaron la puerta.

-¿Señor Hall? Le necesitamos un momento en la planta cuatro, un paciente pregunta por usted, dice que es muy importante- dijo una enfermera que llego de repente. El doctor subió la mirada y dejo la llave sobre la mesa.

-Voy ahora mismo, Tom, puede irse- asentí y los dos nos levantamos de la silla, pero Hall tan solo se puso la bata y salió corriendo de allí, quedando está vez solo en la habitación, con la enorme tentación de abrir el cajón y...buscar el nombre de Bill.

Miré de un lado a otro a pesar de no haber nadie en ese momento, cogí silenciosamente la llave que estaba encima de la mesa y anduve hacia la otra parte del escritorio, dónde estaban los cajones. Me agache y decidí abrir la primera.

Busque entre todas las carpetas, pero todas iban desde la <<A>> hasta la <<J>>, asi que lo cerre y abrí el cajón de abajo, dándome cuenta de la primera letra <<K>>.

Nuestro Pequeño Gran Cuento - Rubelangeltwc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora