Capítulo 18 Biblioteca

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Habían pasado dos días desde que Bianca leyó el poema. Bianca se encontraba en la biblioteca, tranquilamente, escribiendo como en todos los recreos. La diferencia, era que hoy llovía con lo cual había más gente en la biblioteca. Una de esa gente eran Tiara, Eric, Simón, Marco y Leo, los cuales, ocupaban la mesa de enfrente. De pronto, aparecieron Karma y Luna y se sentaron a su lado. Karma como siempre no se molestó en saludar, sin embargo, Luna sí. Pero Bianca no le respondió el saludo, pensando que Luna no le hablaba a ella, ¿por qué alguien perdería el tiempo saludándola?

—¿Qué escribes? ¿Es otro poema? —Bianca levantó la vista desconcertada y vió que Luna observaba con curiosidad el papel debajo del lápiz de Bianca.

—S-sí.

—¡Que guay! ¿Lo has acabado? ¿Puedes leérnoslo? Porfa, porfa, porfa... el otro nos gustó mucho—Luna giró la cabeza en dirección a Karma— ¿verdad Karma?

—No estaba mal —dijo Karma

—Guau... viniendo de Karma eso significa que le encantó— dijo Leo.

Y por ese simple comentario Leo se ganó una mirada fulminante por parte de Karma; y el rojo, una vez más, se apoderó de la cara de Bianca.

—En unos segundos lo tengo... solo...—Bianca bajó la vista al papel, escribió dos frases y volvió a levantar la cabeza con timidez. No se atrevía a hablar, no quería molestar. Por suerte, Tiara la vió y le preguntó si ya había acabado, a lo que Bianca asintió y cuando vio que tenía la atención de todos empezó a leer:

—"Un autobús inicia su trayecto

      Con gracia y sin descuento

      Y llega a la primera parada

      La parada de la infancia


      En esa parada

     Mucha gente se alza

     Casi nadie se baja

     Están ocupados riendo


     El trayecto de la infancia

     Es feliz y con gracia

     Se pliegan todas las alas

     Y todo el mundo se abraza


     Llega la siguiente parada

     Una muy extraña

     Con ojos que juzgan

      Y miradas que engañan


      Ya no sabes quién eres

      Y tampoco que quieres

      Mascas tu chicle

      En un intento de encajar


      Miras por la ventana

      Aburrida y preocupada

      Esperando con ansias

      La siguiente parada


      Intentas saber por dónde va el autobús

      Preguntas a la gente, pero nadie sabe

      Mucha gente se baja, eso es doloroso

      Tampoco hay abrazos de oso


      El conductor es sabio

      Mucha gente vio pasar

      Y quizá tu historia sea

      La próxima que va a contar"

Cuando acabó de recitar todos empezaron a aplaudir, ganándose así una bronca del profesor que estaba de guardia en la biblioteca. Pasaron el recreo oyendo más poemas o historias cortas que había escrito Bianca. Al principio, Bianca solo escribía porque pensaba que si no lo hacía se enfadarían. Luego, descubrió, que había hecho amigos. Había tardado. Pero había hecho amigos. Amigos que sí la trataban bien, ¿qué cómo lo sabía? Porque al día siguiente Luna le preguntó si quería ir con ellos al recreo. Y disfrutó. Además, siempre que les decía que había escrito algo le pedían que se lo leyera, y, al acabar elogiaban lo bien que estaba. En primaria eso no había pasado, pues su amiga era muy versátil y no hacía esas cosas. Samanta no era una buena amiga.











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