Entre Mundos

Capítulo 28 2 de mayo

Era lunes y Samanta y Abril no le habían dicho nada de lo del sábado, así que, Grace supuso que no la habían visto. Se encontraban en el primer recreo esperando en la cola de la cafetería. Samanta y Abril no dejaban de hablar, pero, como siempre, Grace se encontraba, a su lado, sin decir nada. Y sin duda se estaba aburriendo en la cola, sus ojos pasaban como un tren, de estación en estación, y, resulta, que las estaciones eran las paredes de la cafetería. De pronto el tren detuvo su trayecto, ya que, vio algo en una de las paradas que le llamó su atención.

Con sigilo, Grace, se alejó de donde se encontraban Samanta y Abril, y, se acercó a la estación que había llamado su atención. La estación contaba con un tablón de anuncios y entre esos anuncios había uno que llamaba su atención, el anuncio en cuestión era un papel de cuatro colores en degradado: rojo, verde, amarillo y azul. El anuncio hizo que Grace frunciera el ceño y leyera lo que ponía; aunque, claro, antes miró. Samanta y Abril parecían no haber advertido de que se había alejado de donde estaban, y, ahora sí, leyó para sí misma:

"Hola Potterhead, te preguntarás cómo sé que eres Potterhead, pues verás, nadie más se acercaría a leerme viendo que tengo estos colores tan coloridos, pero, claro, tú sabes que son los colores de las casas de Hogwarts.

Verás este anuncio es para decirte que, el día 2 de mayo, haremos una ceremonia en el salón de actos durante el primer y segundo recreo con motivo del día de Harry Potter y el aniversario de la batalla de Hogwarts. Para ir, solo tienes que cumplir estos requisitos:

1º No puedes ser muggle, estás advertido, si eres muggle y vas es muy probable que un par de mortífagos lo descubran y acaben con tu vida. No te asustes, también tenemos miembros de la Orden del Fénix. Pero por tu seguridad (y porque es 100% probable que si eres muggle no te enteres de nada de lo que hablamos) ¡NO VENGAS!

2º Si vienes y eres mago o bruja es recomendable que traigas algo representativo de tu casa. Ya sea una bufanda, chapa, jersey, camiseta... ¡LO QUE SEA! Aquí todo es admitido (no aseguramos que no vaya a haber discusiones por cuál es la mejor casa).

3º No puedes hablar sobre la carta de Hogwarts porque, entonces, es muy probable que todo el mundo empiece a llorar y a preguntarse por qué se tuvo que perder la lechuza. Y preferimos que lloréis al conmemorar las muertes de gente tan querida que J.K. Rowling nos arrebató tan rápido.

Y esas eran todas las advertencias. Ahora mago o bruja te invitamos a venir a festejar nuestro orgullo Potterhead, la victoria del dos de mayo, y a llorar por todas las pérdidas que hemos tenido que soportar.

¡Anímate! No todos los días te invitan a una reunión de Potterheads y aunque el salón de actos no es el Gran Comedor o La Sala de los Menesteres; y el instituto tampoco es Hogwarts, nosotros sí somos magos y brujas (y no muggles como nos quiere hacer creer la sociedad).

Bueno, y con todo esto dicho, solo queda decir unas palabras para que ningún muggle pueda ver esto:

Travesura Realizada"

Después de leer, el anuncio, Grace, no pudo evitar sentirse de lo más emocionada, ¡UN ACTO DE HARRY POTTER EN EL SALÓN DE ACTOS DEL INSTITUTO! Sin duda alguna, era algo que no se quería perder, pero también le preocupaba, una vez más, lo que pudieran decir Samanta y Abril, aunque... si no se enteraban...

La mañana transcurrió con normalidad, sin contar que Grace no dejaba de pensar cómo iba a hacer para ir sin que se enteraran. De camino a casa, Grace ya tenía un plan; llevaría su sudadera negra con el escudo de Hogwarts aprovechando que tenían educación física; llevaría también los pantalones de chándal de Harry Potter; su bufanda de Ravenclaw; y su gorra azul con un águila. No podía olvidarse de su giratiempo ni de su varita mágica. Lo tenía todo planeado, en los dos recreos le diría a Samanta y Abril que se encontraba mal y que iría al baño. La sudadera la podría llevar puesta, sin problema, pues ninguna de las dos sabía cuál era el escudo de Hogwarts. El giratiempo se lo pondría al acabar educación física, ya que la tenía a primera hora; y la bufanda, la gorra y la varita mágica las cogería al salir al recreo.

Al llegar a casa, Grace corrió a su habitación y empezó a sacar todas las cosas que había pensado en llevar. Mientras Grace se preguntaba dónde estaba su gorra, su padre la veía con curiosidad desde el umbral de la puerta.

—¿No vienes a comer? Hay pulpo. —al oír la mención al pulpo Grace no pudo evitar que su boca se hiciera agua. Pero, antes, tenía que encontrar todo. Harry Potter era más importante que el pulpo. El rico pulpo, el... ¡NO! Tenía que concentrarse. Tenía que centrarse en Harry Potter.

—Cuando acabe de encontrar todo. —su padre vio como en la cama de Grace yacía el pantalón y la sudadera de Harry Potter; luego, vio como con expresión triunfal y orgullosa, digna de una águila, sacaba la bufanda del armario y la depositaba con suma delicadeza en la cama. Como si fuera el tesoro más preciado de su vida.

—¿Esto significa que debería prepararme para un maratón de Harry Potter? —preguntó su padre.

—No había pensado en eso, pero es buena idea —contestó Grace.

—Si no habías pensado eso... ¿para qué sacas todo? —siguió su padre.

—Lo tengo que llevar el viernes al instituto—dijo ilusionada. Y Grace vio como la expresión de desconcierto no abandonaba la cara de su padre, por lo que añadió como si fuera la cosa más obvia del mundo— ¡es dos de mayo!

—Ajá... —su padre asentía sin saber bien a qué se refería. Grace suspiró con frustración ¿en serio, no se daba cuenta?

—Es el día de Harry Potter y el aniversario de la batalla de Hogwarts.

—Aaaaah... Entonces... ¿el viernes hacemos maratón?

—Desde luego —y su padre se fue de la habitación sonriendo. Hacía mucho tiempo que no veía a Grace tan contenta y emocionada. Francamente, ese sería el único motivo por el que haría el maratón del viernes.

La noche llegó y como siempre Grace empezó a preocuparse, ¿y si su plan no funcionaba? ¿y si Samanta y Abril se enteraban de que iba a ir a la celebración de Harry Potter? Pero, mientras Grace se preocupaba, la luna que la veía y protegía, le mandó un mensaje a través de las estrellas, las cuales se lo mandaron a través del viento, el cual, entró con una ráfaga, a través de la ventana abierta y acarició la cara de Grace con suavidad. Esto hizo que ella tuviera aún más sueño del que ya tenía. Igual debería haber cerrado la ventana, pero era una noche calurosa y se agradecía el viento; además, estaba demasiado cansada como para levantarse y cerrar la ventana.

Sin embargo, el viento no solo le brindó aire en una noche tan calurosa, también le brindó un pensamiento, un sutil pensamiento que caló en la mente de Grace más hondo que ningún otro: "¿y que si se enteran? Ya he aguantado mucho..." y con ese pensamiento y un suave bostezo, Grace cayó dormida. Mientras la luna la veía con una pequeña sonrisa, el viento bailaba en su habitación y las estrellas brillaban. Brillaban solo para ella. Porque hasta ella merecía tener luz en una oscura noche. Y la luna, aunque ella no lo supiera, se había convertido en su guardiana. Y siempre saldría por la pequeña águila escocesa.