Adolescentes diferentes, pero con un factor común: sufren en silencio y tienen una obsesión con Harry Potter.
Luna: alegre, feliz, con una vida de color rosa...
Karma: fuerte, borde, independiente...
Bianca: tímida, callada, miedosa...
Tiara: val...
Tiara estaba harta. No aguantaba más a Samanta y Abril. Era realmente molesto que cuando estaba hablando con Eric o con algún otro chico, aparecieran haciendo un corazón o llamándolos novios, ¿en serio, no podían entender que un chico y una chica fueran amigos? Ni que estuvieran en el siglo XIX. Realmente, eso a Tiara la fastidiaba, una vez, aún bueno, dos, ya chirría, pero todos los días resulta insoportable.
Hoy, Tiara y Eric se encontraban en el pasillo esperando a que vinieran Karma y Luna, las cuales se estaban retrasando, ya que tenían examen, y no les había dado tiempo de acabarlo. A Marco, Simón y Leo no los esperaban, ya que Leo y Marco habían ido a la cafetería a por comida y Simón estaba castigado por quedarse dormido en tecnología, lo cual no era extraño, ¿a quién les interesan los tipos de madera?
De pronto, pasaron enfrente de ellos Samanta y Javier. Tiara se mordió el labio. Era su momento. Giró la cabeza en dirección a Eric y le susurro:
—¿Les hago un corazón?
—No, no seas mala...
—No soy mala, soy una bruja—lo que hizo que Eric riera—¡SAMANTA! —Samanta giró la cabeza y la vio extrañada, y, como toda respuesta les hizo un corazón. Samanta abrió los ojos indignada y se fue al patio con Javier.
Tiara sonrió. Ahora seguro que se lo pensaría dos veces antes de hacerle un corazón. Oh, inocente Tiara. Lo que no imaginaba era que al llegar a clase Samanta le recriminaría lo que había hecho.
Tiara estaba ya sentada en su sitio buscando el libro de biología cuando, de repente, oyó como la llamaban, lo que provocó que levantara la cabeza encontrándose así, con la cara enfadada e indignada de Samanta.
—¿Se puede saber por qué hiciste eso? ¡No tienes derecho a hacer eso! —Tiara levantó una ceja hacia Samanta, rodó los ojos, y siguió buscando su libro de biología. Sin duda alguna, Samanta era la persona más estúpida del universo. O sea, que ella no podía hacerle corazones, pero Samanta sí. Samanta, solía decir a Luna que era infantil por ir con una chaqueta de unicornios o cosas así, pero, en realidad, Samanta era la única infantil. Tiara había aprendido algo en el instituto, al parecer, si te juntas con chicos, automáticamente sois novios por puro estereotipo. Un estereotipo más antiguo que los australopitecos.
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