Capítulo 25 Tormenta

18 8 0
                                    


Un par de horas después del interrogatorio, el sonido del timbre inundó toda la casa. Rápidamente, Grace salió de su habitación y corrió hasta la puerta, no quería que fuera su padre quien la abriera... Ingrata fue su sorpresa cuando vio como su padre abría la puerta y saludaba a Tiara.

Después de saludarse, ambas se dirigieron a la habitación de Grace. Al entrar, la vista de Tiara se dirigió a una esquina. Una esquina donde Grace había olvidado esconder algo. Una esquina que a la vista de Grace ocasionaría muchas burlas.

—¿Tocas la guitarra? —esa pregunta por parte de Tiara provocó que Grace abriera mucho los ojos y su vista corriera en dirección a la esquina donde se encontraba la guitarra. El nerviosismo se apoderó de su mente nublándola, ¿cómo se le podía haber olvidado esconder la guitarra?

—S-sí...—Grace asintió con la mente nublada sin saber muy bien qué decir. Se sentía como cuando tenía catarro, su mente estaba como embotada y no pensaba con claridad.

—Que guay, ¿puedes tocar un poco? Muero por oírte tocar —dijo ingenuamente Tiara.

Grace se puso pálida ante ese comentario. Seguro que le decía a todo el instituto lo de la guitarra. Seguro que Samanta y Abril ya no querrían estar con ella cuando se enteraran. Por un momento, un mísero instante, la niebla en su cabeza se disipó, se disipó un poco... lo suficiente como para crear una excusa.

—¿Tu qué información encontraste? —preguntó cambiando de tema.

El resto de la tarde pasó con tranquilidad. Hicieron el trabajo con facilidad y, para sorpresa de Grace, se lo pasó bastante bien. Tiara escuchaba sus opiniones respecto al trabajo y las ponían en él si eran buenas ideas (y solían serlo). Cuando llegó el momento de que Tiara volviera a su casa, Grace ya no se acordaba del incidente de la guitarra. O al menos de momento.

La luna salió, y, poco rato después, Grace se encontraba ya en la cama intentando conciliar el sueño; pero pensamientos intrusos invadían su mente. Pensamientos no buenos sino malos. Pensamientos hirientes. Grace no dejaba de pensar qué pasaría cuando Samanta y Abril supieran que tocaba la guitarra. Sin duda se reirían de ella. Sin duda volvería a ser una de sus víctimas. Sin duda se quedaría totalmente sola. Sin duda era propensa a inventarse escenarios en su cabeza. Escenarios que al igual que ahora, provocaban que empapara la almohada con la lluvia salada proveniente de sus castaños ojos. De esos castaños ojos que escondían tantas emociones y ninguna positiva. Sus ojos escondían temor, pánico, timidez, miedo, nerviosismo... todas emociones negativas. Escenarios que no tenían porque cumplirse. Escenarios que solían quedarse en su cabeza, sin llegar a materializarse.

Grace solía esperar lo peor de las cosas. De un pequeño detalle hacía un mundo. Un mundo sin rosa. Un mundo en blanco y negro. A veces, Grace era como un personaje de una película. El típico personaje que está sentado al lado de la ventana viendo como llueve mientras llora. El típico personaje que por mucho que la lluvia le duela, no hace nada para que deje de llover, y si el personaje no hace nada para que deje de llover, la lluvia empeora, empiezan los truenos, los rayos, y el personaje no hace nada..., solo llora, esperando que suceda algo que detenga esa amarga tormenta de tristeza. Pero los milagros no existen, y Grace no forma parte de una película, y si Grace no hace nada por detener la tormenta, acabará ahogándose en ella. Sin salvavidas. Porque una vez tuvo uno. Y lo dejó ir. Más bien, la hizo ir.











¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Entre MundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora