Capítulo 5 Hermione y Bellatrix

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Y así pasó una semana entre ensayos y ensayos. Entre vestuario y vestuario. Entre gritos desesperados de Luna de que no lograrían hacerlo perfecto. Y entre un montón de "y sis" por parte de Luna ya que a Karma no le preocupaba tanto la escena. A Karma lo que le preocupaba era volver a comportarse de forma tan estúpida como lo había hecho anteriormente con su compañera. De forma tan estúpida, que pudiera volver a perder a Luna. Porque, aunque no quisiera admitirlo, Luna le importaba. Le importaba como hacía años que no le importaba nadie. Le importaba y no quería que le importara. No quería salir lastimada. Otra vez.

Cuando el sol se hizo presente el viernes, Luna ya se había levantado hacía algunas horas. La inquietud no le dejaba dormir más, pese a que esa hubiera sido la noche que mejor había dormido. Después de despertarse a las cuatro y media no pudo volver a conciliar el sueño. No dejaba de revisar una y otra vez todo.

Salió bastante antes de lo que solía salir de casa para ir al instituto. Y tuvo que esperar a que Karma pasara por donde se encontraban siempre. Pero no le importo. Se entretuvo cantando "De ellos aprendí" de David Rees.

—"Hoy voy a hablarte de mis héroes

      Que me vieron crecer

       Desde el león que se hizo rey

       Hasta la princesa que rompió la ley

       Si me preguntas a mí, de ellos aprendí

       Que hay personas por las que vale la pena derretirse

       Todo es posible, incluso lo imposible

       Las virtudes, a veces, están bajo la superficie

      La belleza está en el interior

     Recuérdame, aunque te diga adiós

    Debo dejar de ser algo que no soy

     Llorar me tranquiliza los problemas de la vida

    Elimina de tu vida, si elimina tu sonrisa

    Hay una lágrima por cada risa

    Eres más valiente de lo que crees

   ¿Por qué tenemos que crecer?

   La segunda estrella a la derecha, todo recto hasta el amanecer"

Y justo en ese momento apareció Karma ya con el disfraz de Bellatrix puesto.

—¿Lista para que te torture? —esa pregunta provocó que Luna diera un salto de alegría.

—Me muero de ganas— y se encaminaron al instituto con Luna dando saltos de alegría y Karma con una sonrisa casi imperceptible. Pero una sonrisa.

Después del segundo recreo, se dirigieron a clase, pero no porque fueran a pasarse horas sentadas en una silla sino porque los vendrían a buscar a clase para ir al salón de actos. Al parecer, la clase de "A" también se había apuntado a la actividad de su tutora e interpretarían las escenas frente a las demás clases de tercero.

Cuando las fueron a buscar, Karma y Luna se sentaron en las filas del medio. No tenían prisa por salir, pues, la tutora les había comentado que irían intercalando las actuaciones con los de "A" y les había dado el orden de actuaciones. Ellas eran las últimas.

Karma no dejaba de mirar, como con cada actuación que pasaba, la pierna de Luna se movía más rápido. Eso la estresaba. Por lo que posó, fuertemente, su mano en la pierna de Luna, la cual abrió un poco la boca, la volvió a cerrar y miró a Karma. Ojo contra ojo. Verde contra azul. Hierba contra mar.

—Me estresas—y retiró la mano de la pierna de Luna que seguía moviéndose, pero más despacio, y, siguió viendo las escenas que eran horribles. A la gente lo único que le importaba de esa actividad era que perdían las dos últimas clases.

—No me había dado cuenta—el susurro de Luna fue tan bajo que Karma no lo oyó. Luna colocó su mano encima de su pierna y no la quitó hasta que consiguió que dejara de moverse, y, cuando por fin lo consiguió, pudo volver a ver las escenas, tranquilamente.

La tutora les hizo un gesto con la mano para que se acercaran justo cuando empezó una escena. Y ellas se acercaron desconcertadas.

—Contando esta quedan cuatro escenas antes de vosotras. Debéis ir ya a bastidores. —esa confesión hizo que Luna se pusiera aún más nerviosa, y, fuera corriendo a bastidores. Karma enarcó una ceja y la siguió, despacio. Cuando llegaron, Karma se sorprendió de ver al trío de las risitas agudas, pero luego recordó que las tres eran de "A". Lo que más la sorprendió fue ver como Grace iba, de un lado a otro, haciendo lo que le decían, y, trayéndoles lo que necesitaban. Samanta y Abril no habían venido disfrazadas, según ellas eso era de niñas pequeñas. Y, como no, ahora andaban con prisa por vestirse y Grace las ayudaba. La ira que sentía se intensificó cuando vio que solo salían al escenario: Samanta y Abril. Grace no salía. Una inmensa ira se apoderó de su cuerpo. Nadie trataba así a Grace.

Giró la cabeza y vio a Luna que no dejaba de morderse las uñas.

—¿Quieres relajarte? Estas muy nerviosa

—No estoy nerviosa, estoy hiperventilando—ante ese comentario Karma la miró directamente a los ojos, con mucha intensidad, y, la agarró fuertemente por los hombros.

—Pues no lo estés. Las vamos a machacar. ¿Sabes por qué? Porque somos unas brujas y ellas unas simples muggles. Porque somos las brujas más inteligentes y poderosas de nuestra generación. Porque nadie para a una valiente Gryffindor y a una astuta Slytherin. Porque, aunque en los libros nuestras casas sean enemigas, hemos demostrado que en la realidad nuestra amistad es la más poderosa de todas. Porque unas simples muggles no tienen nuestra magia.

Luna la miró sorprendida ¿Karma acababa de decir que eran amigas? Karma jamás admitiría lo que había dicho en voz alta. Soltó sus hombros, y, ambas giraron la cabeza y miraron a donde se encontraban actuando Samanta y Abril. Habían elegido una escena de una película de zombis y lo estaban haciendo fatal.

Hermione y Bellatrix se vieron a los ojos y dijeron a la vez:

—¡Vamos a machacarlas!

De pronto las luces se apagaron y Samanta y Abril salieron del escenario.

Ese era su momento. Karma y Luna se pusieron en sus posiciones, pero no empezaron a actuar hasta que se encendió la luz. Y brillaron. Brillaron como nunca antes. Habían decidido interpretar la escena en la que Bellatrix torturaba a Hermione. Y los gritos de Karma fueron espeluznantes. Al igual que el llanto de Luna. Karma nunca había ido a nada relacionado con el teatro, pero lo hizo genial. Igual que Luna.

Cuando acabaron la escena se dirigieron a sus asientos sonriendo. Luna ya no estaba nerviosa. Y Karma estaba muy orgullosa de cómo les había salido. Ambas se sentaron. Ambas con la frente en alto. Orgullosas como el patito feo cuando se convirtió en un cisne. Porque eso habían hecho. Se habían convertido en un hermoso cisne.











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