Entre Mundos

Capítulo 37 Mi cuento

Ese día, ese tedioso día, Karma llegó a casa devastada. Jamás había imaginado todo el sufrimiento que se escondía detrás de las sonrisas de Luna. Se encontraba tumbada en la cama leyendo "Frankenstein", aunque, francamente, era como si no lo estuviera leyendo. No dejaba de pensar en lo que Luna le había dicho, por lo que había leído la misma frase seis veces, e iba a leerla por séptima vez cuando el sonido del móvil llegó a sus oídos. Al coger el teléfono, vio como en la pantalla ponía el nombre de Bianca y un emoji de un tejón. Rápidamente, puso el marcapáginas en el libro y lo cerró. Posteriormente, pulsó para aceptar la videollamada y el rostro de Bianca apareció en la pantalla. Bueno, más bien, su ojo.

—Bianca, solo veo tu ojo —de pronto Karma empezó a ver como la imagen que veía en el teléfono se empezaba a mover bruscamente. Y de repente, apareció, ahora sí, el rostro de Bianca.

—¿Ahora me ves? —Karma asintió y Bianca suspiró cansada. —¿estás bien? Te noto triste.

—Sí, estoy bien...

—¿Segura? —insistió Bianca.

Karma suspiró con tristeza y asintió. Bianca mientras se mordía las uñas preocupada por lo que le pasaba a Karma.

—Tiene algo que ver con Grace, ¿no? —continuó Bianca.

Hacía una semana que Karma le había contado a Bianca lo sucedido con Grace. Pero no solo fue eso lo que le contó.

—No... bueno... sí, aunque... es complicado... —respondió titubeante Karma.

Bianca frunció, un poco, el ceño desconcertada.

—¿Quieres contármelo? —preguntó.

Karma negó con la cabeza varias veces, sin embargo, lo que salió de su boca fue un "sí". Y le contó todo. Le contó cómo había gritado a Luna, le contó como Luna le había gritado, le contó cuán arrepentida estaba de haberle dicho que tenía una vida perfecta. Le contó todo.

—¿Cómo vas a hacer para que te perdone? —Karma bajó la mirada y Bianca suspiró— vas a hacer algo para que te perdone, ¿cierto?

Karma era consciente de que debería hacer algo, pero no sabía qué, no podía simplemente acercársele y pedirle perdón. Eso sería demasiado vergonzoso. De pronto, se le ocurrió una idea. Una idea, que dejaría, de lado, todos los secretos. Una idea, que necesitaría ayuda para materializarse. Una idea, que no estaba segura de sí funcionaría. Una idea arriesgada. Pero una idea.

—¿Puedo pedirte un favor? —Bianca abrió los ojos sorprendida y asintió. — Bueno... a ti se te da muy bien escribir y eso... así que... pensé que igual... da igual es una tontería —Karma se encontraba moviendo la cabeza hacia los lados repetidamente, sin duda la idea que se le había ocurrido era absurda. Ridícula.

—Bueno, cuéntame esa tontería —Bianca sonreía a Karma, alentándola, y tras un largo suspiro le contó la loca idea que había tenido a lo que Bianca contestó

—¡Me encanta!

Karma la vio con una mirada no muy convencida, por lo que Bianca añadió

—Es una idea genial, contarle todo a Luna a través de un cuento. Es increíble. De hecho, me frustra que no se me haya ocurrido a mí. Ahora dime, ¿qué quieres que escriba? —sentenció Bianca.

Karma pensó que la historia igual enfadaba a Luna. Al fin y al cabo, debería contarle todo ella misma, pero era consciente de que cuando fuera a decírselo no saldría ninguna palabra de su boca. Ya le había costado bastante sincerarse con Bianca. Así que la historia era una forma original de contárselo. Y consciente de lo mal que se le daba relatar historias, decidió pedirle ayuda a Bianca. Aunque, sin duda, ella la leería antes de dársela a Luna. Sin duda, Karma y Luna eran polos opuestos, pero, igual, los polos opuestos no han tenido vidas tan opuestas, simplemente, han reaccionado de diferente manera.

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