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Eran más de las dos de la tarde y Taehyung, no volvía.

Tal cual dijo Namjoon, tanto él, como Jin, llegaron a buscarle por la mañana y le acompañaron a ver a Min Yoongi.

Pocas veces estuve frente a su presencia. Era intimidante, con una mirada intensa y demasiado profunda. Recién que llegué a Barrie, su bienvenida estuvo llena de muchas instrucciones y peticiones, así como reglas. Sin embargo, el semblante serio, que siempre tenia, se volvía dulce y amable cuando te escuchaba, tan atento, que parecía que no había nadie más en el mundo. Te escuchaba, de verdad.

Mi fingida tranquilidad, se rompió, cuando Nam, llamó a la puerta y al abrir, me encontré con la seriedad marcada en sus facciones. Entendí que algo sucedía.

— Te llevaré al club. — me dijo.

— ¿Y Tae?

— No volverá hoy, Adley. — la noticia, me dejó en silencio. Mi pregunta iba a ser obvia, entonces continuó. — Debe permanecer bajo custodia. También se ha comprometido a trabajar en su control, los siguientes meses...

— ¿Contigo?

— Con Jin.

Y por lo que Nam, mencionó antes, tenía que ser así: el conflicto entre sus lobos, era fuerte.

— ¿Eso fue todo?

Negó y miró hacia el suelo.

— Van a sancionar a mis padres, a Jin y a mi. La manada sabe lo que sucedió, no se puede ocultar, ni dejar pasar. Tenemos que hacer trabajos para la comunidad.

Recordaba levemente sobre las sanciones y lo que significaban. Era como una mancha en tu registro. Los estaban castigando.

— Lo lamento.

— Todo está bien. Mis padres son muy respetados y queridos, Adley. Ahora están preocupados porque no han corregido ciertas cosas y eso ha afectado a su hijo, solo eso. Lo demás lo resolveremos. No somos perfectos, nadie en la manada lo es. No existe un solo miembro, que no haya sido sancionado alguna vez en su vida.

— ¿No es grave?

— Creo que a nadie le gustan los regaños, pero no se trata de algo grave. Todos estamos juntos en esto. Mis padres llegarán en algunos días y tendremos una reunión. Incluidas tú y Misae. — ladeó el rostro, estudiando mi expresión. — Eres parte de esta familia, Adley.

Asentí, pero algo se rompió en mi pecho y un pensamiento nació en mi cabeza: el de que mi presencia causaba problemas.

— Vas a llegar tarde. — le escuché decir y tomé mi bolso de prisa para salir de la casa y seguirlo hasta su coche.

Durante el trayecto al club, fue Namjoon quien habló la mayor parte del tiempo. Si lo notaba afligido, pero confiado en que todo estaría bien.

En el momento en que entré a mi trabajo,  me invadió un sentimiento de tristeza. Sabía perfectamente que se trataba de Tae y al no poder comunicarme con él, en ese instante me dolió mucho.

Durante todo el evento, en el que estuve apoyando en recibir a los invitados, cuidar de los detalles que necesitara la pareja festejada y después retirando la decoración, me sentí ausente. Ellie no me hizo preguntas, ni comentarios. Era obvio que sabía lo que había sucedido la noche anterior, así que únicamente se aseguro de que comiera algo, en mi descanso.

Al final del día, la vi salir del club, en el coche que conducía su prima y ambas me dirigieron una rápida mirada, antes de alejarse.

— ¿Estás bien? — Jungkook, aún con su uniforme, se sentó a mi lado y me empujó un poco con su hombro. — Escuché muchos comentarios de, ya sabes... nuestros compañeros.

HUNTING [kth]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora