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La habitación de mi madre, aún conservaba ese aroma a el suavizante de telas que le gustaba. Mi tía lo mantenía intacto y cuando regresé a Lindstrom, después de un año y meses, fue muy difícil volver a estar ahí. No pude controlar la lágrimas, al pensar en que esa nueva habitación, fue suya por tan poco tiempo. Mis últimos recuerdos, eran los de estar junto a ella, que se encontraba postrada en su cama, viendo el bonito paisaje que nos regalaba el patio trasero del chalet.

— Puedes conservarlos todos, cielo. Te ayudaré a ponerlos en tu habitación. — tía Sarah, se veía realmente cansada. Su cabello parecía haberse encanecido en un parpadeo.

— No. Si quiero leer algo, vendré a su habitación. — aún estaban ahí, la pequeña mesa y su cómoda silla, junto a la ventana. Volví a colocar los libros que había tomado de uno de los muebles.

La escuché soltar un largo suspiro.

— ¿Quieres algo de comer?

— No tengo hambre. Quiero dormir una siesta, me siento cansada.

— ¿Solo eso? — Asentí y le di la espalda para terminar de acomodar los libros de mi madre. — ¿Has tenido alguno de esos dolores?

— No. Ya no he vuelto a sentirme así. — me giré para mirarla a los ojos y sonreir. — Estoy bien, tía. — Por la forma en que miró, noté que no estaba convencida.

— ¿Y ya has pensado en que harás el día de mañana? Ayer me encontré a Liam y me preguntó por ti.  Deberías llamarle o reunirte con él... Adley, no pongas esa cara.

— No estoy poniendo ninguna cara.

— ¡Claro que sí! Tienes esa expresión de desagrado, como si convivir con otras personas, fuera algo horrible. Cariño, estoy feliz de que estés aquí conmigo, pero no te encierres. Aún tienes amigos en este lugar.

— Bien. Tal vez le llame. — Lo que le dije, la hizo sonreír, pero de nuevo puso esa expresión que ya conocía bien y me tocó la mejilla con el dorso de su mano.

— ¿Estás segura de que te sientes bien?

— Muy segura. No te preocupes.

Después de todo lo que sucedió y viendo lo mucho que ella había sufrido, decidí ocultar que seguía sintiéndome enferma.

Tras el ataque de los lobos, pasé unas semanas en el hospital. A pesar de los golpes, la mordida en el brazo y la hipotermia, me recuperé mucho antes del tiempo que los doctores dijeron. Quise creer que sentía la necesidad de estar con mi madre, a la que no pude ver de inmediato y porque también terminó siendo internada en el hospital, cuando se enteró de lo que me sucedió. Estuvo ahí, mientras yo continuaba recuperándome, ya en mi habitación del chalet. Mi tía, pasaba la mayor parte del tiempo con ella y mis amigas hicieron mucho por ayudarme en mi recuperación.

El ataque, hizo que la gente del pueblo iniciara una investigación en el lugar donde me encontraron. En efecto, había lobos en la zona, pero ninguno como los que había descrito. Terminaron por creer que estaba tan asustada, que mi mente había distorsionado lo que me sucedió. Cuando les hablé de la extraña discusión frente al chalet, buscaron a Taehyung, sin embargo, sus padres alegaron que no estaba en Lindstrom y que tenia meses fuera del país. Mila tampoco pudo asegurar que fue a él, a quien vio esa noche en el pórtico y los dos chicos, que aparecieron en la fiesta, también dijeron que continuaron divirtiéndose en el centro de la ciudad, junto a Darrel. Él incluso lo confirmo. Entonces comencé a creer lo que todos decían: que después de que Darrel me dejara, los lobos habían aparecido, haciéndome huir, alejándome de todo, hasta que me alcanzaron. Me encontraron, no muy lejos del chalet. 

Una parte de mi, sabía que las cosas, no fueron así. Esa parte, estaba segura de que Taehyung, estuvo conmigo esa noche y que Izan, era alguien peligroso.

HUNTING [kth]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora