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Gracias a la resaca, tuve que pedirles a mis amigas, que me esperaran una hora más. Pasaría por ellas a la casa de huéspedes y las llevaría a comer algo en el pequeño café, que se ubicaba en el centro del pueblo. Así que después de ducharme, vestirme e ingerir lo que Tae, dejó para aliviar un poco las molestias, salí de la casa.

Apenas subí a la camioneta, recibí algunos mensajes de mi tía, en donde me decía que me esperaba pronto en Lindstrom y que deseaba hubiera disfrutado de mi festejo. Le respondí, antes de encender la marcha, contándole brevemente sobre la visita de mis amigas y la bonita cena que preparó la familia Kim. Ya deseaba ir a visitarla y festejar también con ella.

Llegar a la casa de huéspedes, me tomó algunos minutos. Estacione frente al edificio y le envié algunos mensajes a Mila para indicarle que ya me encontraba afuera, esperando. Me hubiese quedado en el interior de la camioneta, de no ser porque vi a cierto chico, salir justamente del mismo lugar en donde mis amigas se encontraban hospedadas y por alguna razón, quería conversar de nuevo con él: Park Jimin, avanzaba por el acceso principal, mientras se echaba en la espalda, una mochila color azul. Llevaba un bonito abrigo oscuro, que contrastaba con el resto de sus prendas en colores claros. Nos miramos a través de la ventana del copiloto y lo saludé, agitando la mano. Pude ver la sorpresa en su rostro.

Bajé de la camioneta para acercarme a él, que se quedó de pie, en medio de la acera.

— Hola. — me saludó con una sonrisa.

— Estás algo lejos de Lindstrom. — obvié.

— Si, algo.

— ¿Acabas de llegar?

— No, llegué hace un par de días. Vine porque alguien de allá arriba, quería hablar conmigo.

— Ahh. — estaba hablando de Yoongi. — ¿Todo está bien?

— Todo bien. Quieren saber quién soy y que hago tan lejos de mi lugar de origen. Lo entiendo muy bien, es su deber cuidar de su manada. — me miró de una forma rara y se encogió de hombros. — No sabía que tú formabas parte de ella.

— Si... yo estoy con alguien.

— Jamás lo hubiera adivinado. — Jimin sonreía de una forma, que lo volvía encantador.

— ¿No lo hubieras adivinado?

— No, eres humana. — Al mencionar que yo era humana, comprendí que fue incapaz de detectar mi aroma, el que parecía solo conocer Tae... y su hermano mayor. — En realidad no es muy común la relación humano-lobo, dentro de una manada, fue hasta que Kim Seokjin llegó a buscarte a la cafetería, que lo entendí. Pero... No estás con él. — ladeó su rostro y me observó atento. Supuse que había detectado el aroma distinto al de Seokjin. Estaba oliendo a Tae.

— No, no estoy con él. Jin es mi cuñado. — Lo vi asentir despacio, aún demasiado atento a mi.

— Será un buen líder. — dijo en un tono demasiado serio, de la nada. — Ya lo verás.

Solo sonreí ante su extraño comentario.

— ¿Ibas a algún lado?

— Si, yo... — miró a su alrededor. — De vuelta a Lindstrom.

— Oh.

— Tal vez nos volvamos a ver otro día. — se metió las manos en las bolsas del abrigo.

— Si, es posible.

Las voces de Mila y Lauren me distrajeron un momento. Las vi caminar hacia donde me encontraba y ambas se quedaron muy atentas mirando a mi acompañante. Las presentaciones fueron breves y la curiosidad hizo que Mila, invitará a Jimin, pensando que se trataba de otro de mis amigos, a acompañarnos a almorzar por aún estar celebrando mi cumpleaños, pero se negó.

HUNTING [kth]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora