DxD: El Viaje del Jugador hacia la Necromancia (Hiatus)

Capítulo 63: Sexando a la Doncella Plateada

Grayfia miró con todas sus fuerzas el maldito apéndice de Akira. Esperando que de alguna manera, algún milagro, se marchitara y muriera en el acto.

¿Su? ¿La reina de la aniquilación de cabello plateado? ¿La reina más fuerte? ¿Esposa del Satán más fuerte de todos los tiempos? ¿Reducido a esto?

Tenía la necesidad de matarlo en el momento en que sabía que no podía hacerlo. Ella simplemente quería negarlo y regresar a casa, pero tampoco podía hacerlo.

Akira era un arma suelta. No podía arriesgarse a enfurecerlo demasiado antes de que terminara el juego de clasificación. Pudo leer bien a la gente gracias a sus años y años de existencia. Y por lo que leyó de Akira, él era peligroso.

No es un peligro para ella. Pero él era orgulloso y decidido. Estaba muy dispuesto a cometer acciones drásticas (a diferencia de, lamentablemente, su marido). Ella creía sinceramente que él haría algo drástico si ella lo presionaba.

Ella ya lo había presionado demasiado cuando lo atacó en un ataque de ira. Presionarlo después de su acuerdo haría que él tampoco viera la necesidad de cumplir su parte del trato.

Esos ojos que tenía cuando hablaba lo decían todo. Dejaría a Rias a su suerte sin dudarlo. O incluso si él la ayudaba, se aseguraría de que pagaran un precio mucho peor que el que le habían hecho a él.

Tenía demasiado potencial. Si bien puede ocultar su cantidad total de maná, no puede ocultar su calidad.

Su calidad de maná había aumentado considerablemente.

En días.

No era un demonio con genes absurdos y un fenómeno de la naturaleza como Rias o Sirzechs. Ella había investigado, él no tenía linaje. Sin embargo, tenía talento, incluso más que Rias. Así que Grayfia tuvo que aguantar por ahora a menos que decidiera retirarse del mapa antes de regresar unos años más tarde con una mentalidad de guerra.

Ella podría deshacerse de él después de los Rating Games, porque incluso si se volviera un poco popular en los Rating Games, seguiría siendo un nigromante sin nombre, ni siquiera parte de la nobleza de Rias. Sería fácil fingir un experimento que salió mal.

Pero tenía que servirle por ahora, incluso si eso significaba llevarlo dentro de ella.

---{18+ comienza aquí (para ser honesto, todo este capítulo es 18+)}---

"¿P-tal vez pueda seguir complaciéndote con mis pechos un poco más? ¿Parece que te gustó bastante? ¿No te gustaría seguir?" Quería al menos agotarlo antes de que pudiera insertarse. Tal vez incluso cansarlo por completo, pero la mirada impasible de Akira la hizo suspirar.

Ella se levantó y lo miró a los ojos mientras Akira sonreía.

"Bien... pero tengo algunas reglas y antes de que digas algo, no cedaré en esto. O aceptas esto o no hay trato".

Se había resignado a su destino pero primero necesitaba establecer algunas reglas. Si bien ya estaba traicionando a su marido con esto, no quería traicionarlo más.

Si iba a aceptarlo dentro de sí misma, al menos quería hacerlo en sus propios términos.

"Bien. ¿Qué quieres?"

[+5 afecto con Grayfia Lucifuge]

"En primer lugar, nada de besos pase lo que pase. En segundo lugar, quiero que uses condón. Y en tercer lugar, nada de sexo anal". Al escuchar sus demandas, Akira simplemente se encogió de hombros. Él podría lidiar con eso, aunque hubiera preferido ir en bruto, eventualmente llegaría allí de todos modos.