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─Oye, Vaggie, ¿Sabes cómo resolver esto?─ Me puso casi a cinco centímetros del rostro su gran libro de física.
─Solo utiliza las fórmulas que escribió ayer el profesor. ─ Ella me miró sin entenderme. A veces sentía que vivíamos en mundos distintos. ─¿Sí las tienes?
─ ...Creo que no.
Bien, sí vivíamos en mundos distintos. Y quizá ella siempre estaba en la luna.
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