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Haciendo un salto temporal. Todo fue de maravilla.
Posiblemente era una bendición ya que ambas eran inestables a su propia manera. Una chica impulsiva y una chica que vivía con el orden.
Pese a que Vaggie era alguien con una vida dictada por el orden, la aparición de esa chica le hacía hacer cosas impensables. Un día estaban caminando sin saber qué eran mientras compartían miradas con otras intenciones y al otro ya eran una pareja.
Pero era increíble la forma en que lograban estar juntas. Podían hablar de muchos sin sentidos e ir acorde con la naturaleza de la rubia, pero había momentos en que Charlie podía mantener conversaciones serias o simplemente opinar sobre los problemas de Vaggie.
Y de un modo a otro, terminaron viviendo juntas.
─¿En serio tenemos que pintar las paredes de azul?
─¿Preferirías otro color?
Charlie estaba asomando su cabeza por la puerta sin entender el problema de su novia con ese color.
─No termina de convencerme...
─Oh, vamos. ¡Es como el cielo!─ Terminó diciendo emocionada.
Desprendía demasiada alegría. Vaggie miró su brocha y los pesados botes de pintura.
─Tienes razón, puede que sea un buen color.
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