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─Entonces quieres trabajar de nuevo en un café...
Charlie había tenido un trabajo de medio tiempo cuando nos conocimos. Era divertido para ella conocer gente nueva y servirle café.
Se ponía ese uniforme raro e iba sonriendo a saludar clientes y solía ser la trabajadora perfecta.
Según ella, podría conocer al amor de su vida y esta persona entraría a diario para tomar café, pero en su cabeza esa persona odiaba el café y solo iba a tomarlo como excusa para verla a ella. En su imaginación era como una novela juvenil y veía a un personaje en la mesa más cercana a la caja para tener vista directa a ella.
Era irónico que me hiciera a mí ir a comprar café un par de veces ahí. Y era incluso más gracioso que me reservara ese lugar a mí.
─¿Estás segura de que te gusta el café?─ Me preguntó de la nada.
─¿Piensas que encontrarás al amor de tu vida y odiará el café?
─Tú eres el amor de mi vida.
─Bien, puede que sólo fuera ahí a verte.
Charlie consiguió el empleo casi enseguida. Entonces iba ahí casi a diario a comprar café antes de irme a la escuela. Ahí mismo descubrí que beber el café no era la única forma de probarlo.
Ella se encargó de enseñármelo después de beber café y robarme un beso en medio de la cafetería.
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