03

6.3K 187 1
                                    

Podría decir que la hora de castigados se pasó rápido, pero fue todo lo contrario, al salir de la clase empujé a Héctor lo que hizo que casi, CASI se cayera. Se giró y me miró.

-Esto a qué viene? -Preguntó con una sonrisa pícara en la cara.

-Tú sabrás. Has estado toda la clase tirándome bolitas sin que la profesora se diera cuenta. -Dije yo.

-Ahh por eso... Es solo un juego enfadica.-Contestó.

-Lo que tu digas, déjame en paz. -Dije y me fui mientras miraba mi móvil.

-Hola-Dije entrando en mi habitación.

-Hola, ¿cómo te ha ido? -Me pregunta Carmen.

-Bueno, me ha estado tirando bolitas todo el tiempo, y cuando salimos le empujé. -Expliqué yo.

-Vaya pesado de mierda -Dijo Julia mientras guardaba los apuntes de historia, que tenemos examen dentro de dos días.

-Alomejor te quiere- Dice Carmen.

-Buah, que asco, tiene que estar más usado que los baños del centro -Dijo Julia.

-Ya ves. Además Carmen, ni de coña le gusto, sino no me molestaría ni me haría la vida imposible, y menos mal que no me quiere, sino ya si que sí me tiro por la ventana- Les dije yo.

(...)

Más tarde, bajamos a cenar como siempre. Desde aquel día en el que Héctor me tiró la comida y yo le empecé a tirar de los pelos, no me ha molestado más en la cafetería, desgraciadamente, en clase sí (vaya pto pesado).
Después de cenar nos subimos a la habitación Julia y yo, Carmen se quedó hablando con un niño de nuestra clase.
En la habitación, me duché, me puse el pijama y me acosté en mi cama. Poco más tarde llegó Carmen e hizo lo mismo que yo(se duchó, se puso el pijama y se acostó). Acordamos que nos contaría todo lo que pasó con el chico ese mañana en la hora de almorzar o en el intercambio de alguna clase

EN EL MISMO PISODonde viven las historias. Descúbrelo ahora