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Héctor:

Miré a Natalia. Ella se notaba que estaba nerviosa y por eso apartó la mirada de mis ojos.

No sé qué me estaba pasando.

Nos habíamos liado ahí, sin más. No es que me arrepintiera, obviamente.

Me estaba empezando a gustar.

Bueno, en verdad me lleva gustando desde que la conocí, lo que pasa es que actué con ella como un gilipollas, y lo estoy intentado cambiar.

Durante todos estos años, he visto a Natalia con chicos diferentes. El primero fue con uno llamado Manu.

Nombre de tonto.

Me pensé que estaban saliendo. Así que un día en educación física que estábamos jugando al fútbol, aproveché para pegarle una patada "para defender".
Al final ellos ni estaban saliendo.

Otro chico con el que la vi mucho fue con uno llamado Jesús.

Con ese sí que estaba saliendo. Pero según me he enterado por ahí
(Le pedí a Marc que le preguntara a sus amigas que qué había pasado) él un día de fiesta forzó relaciones y ella lo dejó.

Y así él resto de años con diferentes chicos. No eran sus novios. Simplemente yo me montaba una película y me agobiaba.

-¿Sabes si Marc y Carmen tienen algo? -Me preguntó ella volviendo a mirarme y sentándose.

Yo negué con la cabeza.

-Marc tampoco me ha dicho nada, pero creo que está coladito por ella. -Dije y ella se volvió a levantar.

-¡Lo sabía! ¡Gané! -Dijo ella levantando los brazos.

-¿Qué has ganado? -Pregunté confuso.

-Ahh... Hice una apuesta con Julia y Carmen. Yo dije que a Marc le gustaba y ellas decían que no. -Dijo ella y yo me reí levemente.

...

Pasó un rato hablando sobre las cosas que menos nos importaban a los dos:que una de las profesoras se lio con un profesor, que Carmen y Marc pegaban...

Miré la hora de mi móvil y eran las 8 de la tarde.

Después, revisé las notificaciones de Instagram, también miré si mis amigos me habían contestado, pero no. Y por último miré la galería, no sé el por qué.

Cuando me metí vi un montón de fotos tontas de Natalia, en las que salía preciosa, y muy graciosa también.

-¿Y esto? -Dije riendome enseñandole mi móvil.

-Ups... -Dijo ella y los dos nos reímos

EN EL MISMO PISODonde viven las historias. Descúbrelo ahora