6. La huida.

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Cuando logro abrir los ojos tardo en situarme en espacio y tiempo. Distingo a Freddy en el suelo, sin camiseta y golpeado. Intento moverme hacia él y es cuando me percato de que también estoy herida. Él está consciente, intentando ponerse en pie pero fallando en el intento.

-¿Freddy? -al oír su nombre se gira hacia mí e intenta acercarse.

-Ostias neno... Te han dado pa' el pelo -se agacha junto a mi cabeza y mira la herida que tengo ahí. Después mira alrededor e inspecciona la sala- voy a intentar cortar tus bridas con el cuchillo de allí.

Se desplaza con dificultad hacia la esquina de la habitación, donde hay algún cuchillo clavado en el suelo. Tras varios minutos, logra extraerlo. Sujetándome en la mesa logro ponerme en pie, y Freddy se acerca a mí. Se pone de espaldas para intentar cortar mis bridas, pero en lugar de eso corta mi muñeca y se le cae el cuchillo al suelo.

Maldigo entre dientes.

-¿Qué quieres que haga? No es muy sencillo cortar sin mirar ¿me entiendes?-me dice a la defensiva, agachándose para intentar recoger el cuchillo.

Hay una noticia buena y una mala. ¿La buena? Freddy está capacitado para sacarnos de aquí con vida. ¿La mala? No es que le caiga precisamente bien y no está de buen humor.

-Yo no he dicho nada -me defiendo. En ese momento me doy cuenta del dolor punzante en la mandíbula, y recuerdo la patada que me pegó uno de los secuestradores en la boca- inténtalo otra vez.

El vuelve a intentarlo, y tras algunos cortes no intencionados, lo consigue.

—Joder, neno. Aleluya —suspira— Ya pensaba que acababas sin manos antes de que consiguiera cortar las bridas.

Me doy la vuelta y agarro el cuchillo que tiene entre sus manos, lo cojo y le quito las bridas a él.

Me sujeto a la mesa de nuevo, ya que apenas me quedan fuerzas para mantenerme en pie. Miro al suelo, y veo las manchas de sangre que han quedado tras los golpes que hemos recibido. Intento no marearme y pensar con claridad. Miro al comisario y está mirándome de nuevo. Yo me doy la vuelta para que vea mi espalda, que tiene menos cicatrices que mi torso.

-Tenemos que salir de aquí... -cierro los ojos intentando pensar un plan. No se me ocurre nada, no sabemos qué nos espera fuera de esta habitación. Nos va a tocar improvisar- Freddy, coge otro cuchillo.

Por suerte, no se queja de que le haya mandado hacer algo siendo él superior. Coge el cuchillo, y yo intento acercarme a la puerta sin caerme. Oigo movimiento al otro lado. Freddy llega a mi lado y me da una camiseta que debe haber encontrado. Se habrá percatado de lo que odio que alguien me vea así. Yo le agradezco con la mirada y me la pongo.

-Hay alguien fuera -comento. Él escucha antentamente al otro lado y asiente- Voy yo primero, todos sabemos que tu supervivencia es la máxima prioridad.

Y aunque suene ridículo, él sabe que tengo razón. Él es un cargo alto, y si alguien tiene que morir aquí debo ser yo. La vida del comisario tiene prioridad, en cualquier caso.

Empujo la puerta y me encuentro de frente a un médico. A pesar de estar alerta, no logro esquivarlo cuando me clava un bisturí en el hombro con toda la fuerza que tiene. No tardo en reaccionar y clavarle el cuchillo en el abdomen. Cuando lo retiro, el doctor cae al suelo y yo tengo que sujetarme de la camilla para no desmayarme.

Freddy se acerca rápidamente y me sujeta. Inspecciona mi hombro, donde aún tengo el bisturí clavado, pero yo le empujo levemente y señalo al médico.

-Freddy, busca... -me muerdo el labio del dolor- Un teléfono... Tiene que tener un teléfono, no puede estar aquí incomunicado porque no tendría sentido, él es...

A million little times [ꜰʀᴇᴅᴅʏ ᴛʀᴜᴄᴀᴢᴏ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora