27. Debilidades.

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[POV: FREDDY TRUCAZO]

Todo está en silencio. Estamos sentados en el patrulla escuchando atentamente, pero no captamos ni el más mínimo sonido. No tenemos ni una jodida señal de que ella esté bien.

La parte racional de mí quiere comprender que la han drogado y aún no ha despertado. La parte no tan racional, me dice que la han matado.

Estoy a punto de arrancar el coche e ir a buscarla cuando por fin escuchamos algo. La escucho aclarase la garganta y respirar con pesadez. Y entonces, una voz conocida.

Buenos días, Falcon —oigo esa voz que tantas veces he escuchado—. No te preocupes, todo acabará pronto. Pero primero, voy a hacerte algunas preguntas. Espero que las contestes.

La van a interrogar. Era lo que teníamos previsto, pero ahora que va a suceder, no me gusta ni un pelo.

No tengas ninguna duda de que acabarás como tu amiguita... ¿Kaila? ¿Kyleen? Bueno, la rubia —dice, riéndose. Y la rabia se apodera de mí—. Tienes un billete, solo de ida para ir a verla. Sale en una hora, así que no tenemos mucho tiempo.

Quiero entrar ahí y arrancarle cada uno de sus dientes. Verlo sufrir y suplicar por su puta vida. Quiero que la deje en paz. Entonces escucho una voz femenina. Su voz.

¿No te apetece acompañarme? —y por la forma en que lo dice, sé que está sonriendo.

Retengo una sonrisa. A pesar de ir hasta las cejas de droga, sigue siendo ella misma. Tan amable y a la vez tan letal.

Tengo algunas cosas que hacer antes, así que me temo que lo dejaré para otro momento —explica—. Ya sabes, tengo una lista muy larga con nombres pendientes de tachar. Gustabo García... Jack Conway... Mi buen amigo Freddy Trucazo... Michelle Evans...

Ojalá él supiera que en mi lista está también su nombre. En rojo y subrayado.

Eres un hijo de puta y un maldito cobarde —la oigo decir, llena de rabia—. Me tienes atada y drogada. Así claro que puedes con cualquiera. Te crees invencible cuando en realidad eres el más débil de todos.

Casi escupe las últimas palabras. Mi corazón se acelera. Temo lo que pueda hacerle ese hijo de puta.

Esto va a ser muy divertido —dice, animado.

Calavera empieza a hacerle preguntas estúpidas. Hasta que un golpe seco suena a través de los altavoces.

Se te olvida que te vigilo, agente. Tienes suerte de que estas fueran solo preguntas por satisfacer mi curiosidad, espero que en las preguntas de verdad no mientas —dice, con un tono amargo—. O las consecuencias serán peores.

¿A esto le llamas consecuencias? —oigo una carcajada salir de su boca.

Aprieto el volante del coche con fuerza cuando la imagen de su cuerpo lleno de cicatrices cruza mi mente. Comparado con lo que debe haber pasado, esto no es nada.

Qué lamentable eres. Ocultando tu miedo fingiendo ser valiente —dice, con asco.

Fingiendo ser valiente. No creo que este hombre haya estado vigilando a Olivia tanto como cree.

—¿Miedo? ¿A ti? —vuelve a reírse—. ¿Por qué tendría miedo a un tío que mata policías sin dejarles defenderse? No me das miedo; me das pena.

Sus últimas palabras las dice despacio, saboreando cada gota de veneno que llevan inyectadas. El segundo golpe que escuchamos es más fuerte que el primero. Seguido de otro golpe. Ha caído al suelo.

A million little times [ꜰʀᴇᴅᴅʏ ᴛʀᴜᴄᴀᴢᴏ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora