Jade.
Ya pasaron unos días desde aquel balonazo, qué Daniel me dio sin intenciones. Desde ese día a estado metido en mi casa, casi todo el día digo no es como que eso me moleste. Pero tener que lidiar con el un momento ya es simplemente perfecto el tiempo exacto para darme cuenta de qué su interactividad está a su máximo, pero ahora el tener que verle todo el día es cansado, muy cansado de verdad más sumándole sus burlas y la de Arthur, por qué cabe recalcar que cuando el me vio lo primero que hizo fue reírse de mi desgraciadamente, y ahora resulta que son los mejores amigos.
— Cuando vamos a comer, todavía de que te cuidamos no nos alimentas — volteo a ver al chico a su lado — muy mala anfitriona no cres.
— Deja tu eso — hay va a quejarse el otro, dios mio — nos puso a bañar a sus criaturas, yo los amo a los dos. Pero nunca los había bañado y es todo un reto hacerlo.
— Bueno van a parar de quejarse o ¿Qué? Les recuerdo — los apunte a los dos con mi índice — que si están aquí es por qué ustedes así lo decidieron, yo no los obligue a nada.
— Tienes razón, Mora — rodé los ojos con fastidio al escuchar por milésima vez ese apodo — discúlpanos, es qué nos está afectando el calor.
— Si, además no emos comido. Y nos estamos poniendo de malas.
Bueno en eso tienen razón, aún no comemos y eso también me está poniendo de mala a mi también.
— Solo hay que esperar un poco más, la comida casi está lista.
Cuando la comida estuvo lista, al fin alimente a las personas que estaba conmigo en casa.
— Tocan.
— Ya escuché Daniel — le dije mientras me dirija a abrir la puerta — no es necesario que grites.
— Oh. hola Mar cuando volviste — le di un gran abrazo después de no verla como una semana, la extrañe y mucho — pasa.
— Te operaste la nariz y no me lo dijiste — y hay vamos — eso no es justo pudimos ir juntas — comentó quitándose los lentes de sol —
— No, no me opere nada. Tuve un pequeño accidente y me golpee entonces por eso tengo estás cosas — señale lo mencionado en mi rostro —
— Y qué fue lo que te paso, por qué no me avisaste. Pude venir de inmediato.
— Estaba jugando con Dani básquetbol y me golpeó el balón.
— Pero tu no sabes jugar eso — recapitulo un momento lo que le dije — ya veo por eso tienes la nariz así, disculpa yo creí que te habías echo la rinoplastia.
— Yo nunca me aria eso — negué con una sonrisa — además si lo hiciera tu serías la primer persona en saberlo.
— Gracias por la preferencia por eso te amo.
— Hola Mara, Marita como te fue en tu viaje — saludo tan feliz el chico, pero su sonrisa se le borro cuando la antes mencionada le aventó su bola en la cabeza — por qué haces eso duele, además que traes en la bolsa piedras.
— Fuiste tú verdad, estoy completamente segura de que tú le diste un balonazo y por eso está así — me señaló como si fuera la hazaña más relevante del mundo —
— No Mar, el no fue — Mentira — fue mi culpa está bien ya déjalo en paz, por favor.
— Te salvó la campana, tarado — tomo un respiro y su mirada dio con alguien en la habitación que estaba observando la discusión de este par con una sonrisa — tú eres como una copia más linda del hombre que tiene como marido ella — se señaló cuando dijo eso —
— Si, Mar el es Arthur el hermano menor de Charles.
— Y el más lindo por lo que veo — volteo a verme con el seño fruncido — por qué mejor no te casaste con el — hay por dios no le des cuerda —
— Es lo mismo que yo le dije, o bien podría escoger a nuestro otro hermano. Pero escogió al menos guapo.
Hablamos un rato más hasta que Mara, se fue a casa con la condición de que la llamara cada tanto para saber cómo seguía, y después que cenamos se fue Daniel.
[...]
— Ya tienes todo listo, en unas horas más nos vamos — se va el por qué yo me iré mañana —
— Si está todo en orden.
— Por cierto hoy conocí a la amiga de Jade, Mara de llama ¿No es así? — hice un sonido de afirmación para confirmar lo que dijo el chico — y no le agradas mucho hermano, más bien no le agradas para nada.
— Eso ya lo sabía, ella me lo a dejado en claro en varias ocasiones.
— Por qué a de ser eso — se hizo el desentendido — incluso dijo que yo era el más guapo de los dos.
— Era de suponerse. Mara siempre que tiene oportunidad o que me ve, dice que soy raro y que me odia ya lo había mencionado.
— Ella no te odia. Solo... Ese es su método para las personas que no conoce bien — trate de decirle a modo de que se tranquilizara un momento — hace lo mismo con Daniel, que a él ya lo conoce desde hace unos meses.
— Pues a mí — le di un pequeño pellizco en el brazo para que se callara de una vez —
— Mejor cuéntanos cómo estuvo tu día, pudiste arreglar el problema con tu auto.
— Si — sonrió marcando sus hoyuelos — solo era una cosa pequeña, ya está todo en orden gracias por preguntar.
— De nada.
— Yo. Ya me voy tengo cosas que hacer en casa, además mamá ya me está llamando.
— Está bien solo ten cuidado, por qué ya es muy noche.
— Claro, gracias Jade nos vemos después. Adiós.
— Necesitas algo más Charles, voy a estudiar un poco antes de qué me valla.
— No gracias — me dedico una leve sonrisa — pero si quiero darte algo.
— Claro que cosa — dejo en mi mano una pequeña caja de color azul — que es esto.
— Ábrelo.
Cuando destape la caja me encontré con una pulsera con tres pequeños dijes, los cuales eran una pequeña flor — la cuál era una margarita — una pequeña llanta de monoplaza y un estetoscopio.
— Oh, gracias es muy linda. Pero no tenias por qué regalarme algo.
— No, si tenía el otro día fiu por ti para que pudiéramos desayunar juntos. Pero me fui y te deje plantada, eso es lo algo para que me perdones un poco.
— Pues, está bien ya está olvidando pero aún así muchas gracias.
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LOVER (Charles leclerc)
De TodoPerdimos más tiempo de lo necesario peleando, cuando podíamos amarnos tanto. Ahora lo único que tengo de ti, es ese pedazo de papel con tu foto, y cada que la veo, me lamento tanto el haberte perdido.