VII. Deseos

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Los ojos azules de Seokjin observan a Jungkook por el retrovisor y se fija en el alfa contemplando el paisaje a través de la ventana mientras abrazaba a Taehyung con suma protección

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Los ojos azules de Seokjin observan a Jungkook por el retrovisor y se fija en el alfa contemplando el paisaje a través de la ventana mientras abrazaba a Taehyung con suma protección. En sus pensamientos, la duda persistía al no conocer la razón exacta por la que Jungkook había regresado a Rusia, pero al ver a Taehyung supo que había un mayor secreto, que solo sabían Namjoon y él.

Y estaba más seguro que ese secreto estaba dentro del triángulo negro, dicha organización se componía por las doce familias más poderosas del mundo que ejercían el poder y el control sobre los países.

Los jefes de cada una de las familias tenían el peso en sus hombros sobre las decisiones que se tomaban, sin embargo, este año era especial, el concejo conformado por tres hombres, regulaban el poder del triángulo negro para que no hubiera una brecha de poder entre cada familia, y esta vez estaban por ascender a un jefe a ocupar el liderato del triángulo negro; la persona que llegara a ocupar tal trono, dispondría de un poder superior sobre las restantes familias.

La sangre Jeon recorría las venas de Jungkook, lo cual lo convertía en un alfa puro de categoría S y no era un secreto que algunas familias han querido borrar cualquier rastro de ese apellido, pero lamentablemente, nunca lo han podido hacer.

—Llegamos —avisa Seokjin y se baja de inmediato, rodea la camioneta y le ayuda a abrir la puerta. Observa al alfa con el omega en brazos e ingresan por la puerta principal.

—No quiero interrupciones a menos de que sea el doctor —advierte Jungkook mientras camina hacia el ascensor bajo la mirada curiosa de los empleados del servicio. Su corazón no puede evitar sentirse emocionado al saber que sus brazos sostenían al omega, él era la felicidad que tanto había añorado.

Al llegar al segundo piso, se dirige por un pasillo amplio, visualiza dos puertas grandes y al pararse de frente, deja su dedo índice en el lector y espera algunos segundos para ingresar, cuando lo hace, deja a Taehyung en su cama y se sienta a su lado; sabía que sus heridas no eran graves, así que dependiendo de lo que diga Mark, proseguiría.

—Señor, el doctor ha llegado —habla una beta con la mirada gacha.

—Qué pase, Por favor.

Mark es uno de los alfas en los que más confiaba, un médico honorable y, sobre todo, respetable por su gran trabajo que ha hecho durante décadas para la organización. Él y su colega, Ustín, son los médicos del primer nivel, cualquier percance que ocurra, ellos estarían a la espera de sus órdenes.

—Me alegra verte de nuevo, Jungkook —saluda el alfa mientras se acomoda su bata—¿Cómo has estado de salud? —pregunta contemplando la mirada del alfa que no despegaba sus ojos de ese delicado cuerpo. El amargo sabor de un recuerdo que llega a su mente hace que tape la boca y pase saliva con penuria; uno de sus mayores miedos que compartía con Jungkook, estaba ahí al frente suyo, respirando con tranquilidad, como si no supiera que su sola existencia pondría al mundo en una llamarada.

Omega Pandillero | OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora