XXXVIII. Isla Blenk III

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Taehyung

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Taehyung

Presionar mi miembro contra su culo no estaba planeado, lo hice inconscientemente, pero no me arrepentía de nada. Ese hombre hacía que ciertas emociones dentro de mí despertaran de la manera más cruel y dulce, provocando pensamientos insanos que me llevarían dichoso al infierno.

—¿Hacer qué? —ladea su rostro y me observa con una sonrisa traviesa—, ¿Qué es lo que quiere hacer mi omega? —Estoy seguro de que mis mejillas están sonrojadas porque me siento más caliente de lo usual. Realmente no sabía que me gustaba que me llamara de esa manera "Mi omega"

La posesividad de este hombre aún era indescifrable, pero cada vez que escuchaba mi nombre de sus labios, mi alma susurraba entre emociones querer pertenecerle.

—¿No tienes miedo? —pregunto al tanto que me alejo y de repente siento como él se agarra de una de mis piernas y en cuestión de segundos, Jungkook estaba boca arriba y yo encima de su duro pene que palpitaba contra mi entrada.

—¿Miedo de qué? Si al final rogaras porque te folle —una de sus manos sujeta mi cadera y debo apretar mi labio inferior cuando él se mueve y hace presión contra mi culo provocando que suelte un gemido.

Sus palabras contienen un toque amargo para mí, pero no decía mentiras, no existía falacia alguna. Me encantaba ser follado por él y no creo ser el único con ese pensamiento.

—Esta noche no tendrás escapatoria —advierte con severidad y yo siento una corriente electrizante por todo mi cuerpo—. Haré que repitas esas palabras, pero con lágrimas, Taehyung —aprieta mi garganta con gran fuerza a tal punto que no puedo respirar y debo aparentar que el lubricante no se deslizaba por el interior de mis muslos.

Mi rostro se va acercando al suyo lentamente y suelto un jadeo contra su boca cuando él mete su mano dentro de la pantaloneta y deja que el dedo de en medio roce por completo mi entrada y me obligo a apretar mis labios en el instante que va introduciendo su dedo.

Maldito descarado.

Mi interior lo recibe con ansias, pero vuelvo a mi realidad con el grito de Jimin y de inmediato me levanto haciéndome el imbécil y observo esa cabellera rubia con una sonrisa maliciosa. Apostaría mi alma al diablo que ese omega tenía un tercer ojo, porque poseía una intuición que hasta a mí me daba miedo.

—¿Por qué te lames ese dedo, Jungkook? —pregunta Jimin y yo debo voltear la mirada por la vergüenza.

—Tiene un sabor exquisito.

—A lubricante ¿No? —responde Jimin riéndose y yo observo a Jungkook incapaz de decir algo para salvar mi poca dignidad. Se supone que estaban lejos, no creo que nos haya visto ¿O sí?

Iba a responder, pero guardó silencio cuando veo al imbécil de Seokjin caminando al lado de Hoseok y algo no me gusta. Ese hombre me trae muy mala espina cuando está cerca de mi amigo, tal vez soy un paranoico o más bien es que no sé, él y yo somos como esas personas que se caen mal sin hablarse, simplemente es que nuestras personalidades se repelen.

Omega Pandillero | OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora