XVI. Verdades

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Dos días después

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Dos días después.

En la gran habitación, Jungkook se encontraba revisando un informe que le había enviado Seokjin hace algunas horas, aunque debería estar haciéndolos en la comodidad de su oficina, prefirió quedarse al lado del omega.

Taehyung solo despertó en la noche, y cuidadosamente se levantaba para que no se diera cuenta, iba al baño y de ahí se dirigía a la cocina para comer algo, aunque caminaba raro y con algo de lentitud, solo podía quedarse observando, porque si le escuchaba alguna risa, podría terminar con un puño que lo podía dejar estéril.

El sonido de su suave respiración, hace que voltee a mirarlo y cierre su laptop, acaricia su cabellera rizada y sonríe al ver como se le escurre saliva de un lado. El movimiento de las sábanas lo pone ansioso y cuando ve sus ojitos preciosos, se le escapa un suspiro de amor, no podía evitar que su corazón no enloquecería cuando por fin lo tenía a su lado.

—¿Por qué tengo que ver tu fea cara? —susurra Taehyung somnoliento y trata de acostumbrarse a la luz y, sobre todo, al maldito dolor que estaba empezando a sentir en todo su cuerpo, al parecer su espalda se llevó la peor parte, porque no podía moverse ni un centímetro cuando ya sentía punzadas; tal vez debió moderar su boca cuando le pedía más duro al alfa, pero con descaro, solo podía echarle la culpa a la calentura del momento.

—Si no quieres ver mi rostro, te ofrezco algo más atractivo ¿Lo quieres ver? —pregunta Jungkook con una sonrisa pícara que hace que Taehyung se sonroje al saber a lo que se refería el alfa, y no, realmente no deseaba verlo, no por hoy, porque su culo estaba resentido y si hacían otra ronda, sus piernas no le iban a responder por días, y la verdad, si quería caminar.

—No, paso, que lo vea otra —se voltea hacia un lado y se cobija hasta la cabeza. Su mente rememora cortas escenas y lo primero que recuerda es ver el agua mientras gemía con las lágrimas derramándose por cada embestida. El alfa había cumplido sus palabras, pero era tan vergonzoso de admitirlo, que prefirió ignorar sus pensamientos y mejor preguntarse que iba a desayunar.

—Espero que camines bien hoy —susurra divertido en su oído y en un movimiento inocente, Taehyung le manda un rodillazo que termina en sus partes nobles.

Jungkook aprieta sus labios y cierra sus ojos al sentir el dolor de sus testículos llegar a la altura de su garganta; la puntería del omega era tan perfecta que se arrepintió de no darle con más fuerza cuando lo tenía rogando, porque por lo que puede apreciar, sus piernas aún tenían energía para moverse.

—Pues yo ya te di de probar el mío ¿Para cuándo me das tu hoyito? —pregunta sonriente y acaricia su cabellera. Desliza su mano por la espalda y llega al culo del alfa.

—N-no sé de qué me hablas —tartamudea y se aleja de a poco.

Taehyung acorrala al alfa y lo saborea con la mirada, contempla sus ojos negros y no puede evitar sonreír cuando su boca se acerca a su cuello, su olor lo impregna y tiene la necesidad de respirar con mayor fuerza.

Omega Pandillero | OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora