XXIII. Primera Jugada

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—Jimin ¿Qué está sucediendo? —pregunta Taehyung constipado al oír tan de repente sus palabras, no entendía que había sucedido antes para que ahora esté al borde

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—Jimin ¿Qué está sucediendo? —pregunta Taehyung constipado al oír tan de repente sus palabras, no entendía que había sucedido antes para que ahora esté al borde.

—Yo solo quería aparentar que nada pasaba... —su voz tiembla y toma su bolso—. Que idiota fui.

El omega deja solo a Taehyung y se dirige a la oficina principal, su marca duele y tiene que detenerse por un instante y colocar su mano en la pared para no perder el equilibrio, respira profundamente y no puede contener sus lágrimas cuando las emociones de su esposo lo bombardean una tras otra, le dolía sentirlo, su lazo estaba sufriendo por culpa de terceros, y lo peor, es que ya no podía hacer nada más... era el precio por poseer a un Tarazov.

Jamás imaginó que al cumplir su mayoría de edad tomaría el valor para entrar a ese mundo, su familia lo necesitaba y el deseo por verlos progresar fueron el motor para ingresar a Podval y dejar que su cuerpo se consumiera entre las manos ajenas que solo anhelaban su piel a cambio de dinero.

El nudo en su garganta comienza a hostigarlo y alza su vista, limpia sus lágrimas y echa un largo suspiro cuando retoma su camino y llega a la oficina, la puerta se abre de inmediato y observa a Jungkook al frente suyo, el alfa se hace a un lado y le permite el paso, al ingresar observa a una mujer de cabellera castaña quien arruga el entrecejo al verlo y hace un gesto de desagrado, realmente no le parecía nada raro, ya hasta se podía decir que en cierta parte estaba acostumbrado a ese tipo de repudio silencioso.

Jungkook se percata de la expresión de la beta al ver a Jimin, y no le gustó para nada, la mujer le sonríe con hipocresía al omega, y se acerca para saludarlo, pero antes de que ella lo haga, el alfa la sujeta del cabello y la aleja del rubio.

—¿Crees que soy ciego o qué? —el tono de su voz hace que los vellos de la beta se ericen y se le corte el aliento.

—Jungkook —se pronuncia el omega con temor de que le haga algo malo a la mujer—. Suéltala, por favor —Jimin observa la mirada hostil del alfa y agacha su rostro. Desde un inicio, Jungkook ha sido su gran defensor, incluso desde que conoció a Namjoon, el alfa no permitía que en su presencia, nadie lo desprestigiara.

—Señor... —susurra la beta con profundo miedo.

—¡Cierra la puta boca!

Jimin observa a la mujer con sus ojos llenos de lágrimas, el pánico en su mirada junto con el temblor de su cuerpo lo asustan un poco, pero fue muy arriesgado por parte de ella al hacer ese tipo de expresiones y más cuando tiene a Smert de frente.

—No permitas este tipo de atrevimientos. Tú eres el segundo omega de mi mafia, así que, te tratan como lo que eres o se mueren —declara con soberbia y suelta con rudeza la cabellera de la beta. La mujer quien pensaba salir corriendo de la oficina, voltea su mirada, y levanta sus manos cuando Jungkook le apunta con un arma hacia su cabeza.

El omega se limpia su última lágrima y toma una bocanada de aire, levanta su quijada y observa la dura mirada del alfa. Justo como aquel día donde recibió el contrato y el tatuaje de la mafia; alza su mano a la altura de su hombro y le muestra su dorso a Jungkook, en su piel, se demostraba el poder y la posición que tenía dentro de la organización, el círculo de color negro que contenía un triángulo y dentro de él, una flor de loto que lo representaba junto con una serpiente que lo rodeaba como protección.

Omega Pandillero | OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora