XIX. Incertidumbre

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La tenue luz del lugar acompañado del calor que empezaba a sentir, hace que lentamente abra sus ojos, parpadea varias veces y baja su vista hacia el brazo tatuado del alfa que rodeaba su cintura

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La tenue luz del lugar acompañado del calor que empezaba a sentir, hace que lentamente abra sus ojos, parpadea varias veces y baja su vista hacia el brazo tatuado del alfa que rodeaba su cintura.

Sinceramente no recordaba en qué momento había llegado al apartamento, desde que lo anudó, dejo de percibir cualquier realidad que no fuera la que yacía sobre esas manos que lo apresaban, sus embriagantes feromonas fueron el declive, para sucumbirse ante la tentación de un hombre que guardaba el oscuro deseo de verlo quebrado en llanto mientras no podía dejar de aclamar su nombre.

Su mirada violeta divaga por el suelo y reconoce el cofre negro que estaba abierto, de inmediato pasa saliva y aprieta las sabanas, lo que contenía aquello, lo pone tenso y al momento de querer voltearse, suelta un gemido involuntario que de inmediato fue callado por su mano, sus ojos se abren sorprendentemente y sus mejillas se colocan de un rojo vivo cuando se da cuenta que tiene el pene del alfa adentro suyo.

¿Había dormido con eso en serio? Al parecer si, y la vergüenza que sentía justo en ese instante al rememorar sus palabras, fueron peor, porque el mismo lo había pedido como una plegaria "Déjalo adentro, no lo saques" aunque para el alfa fue una clara amenaza mientras enterraba sus uñas en su espalda.

—Jungkook... —susurra apenado y mueve su mano para despertarlo, su fuerte agarre le impedía levantarse y al notar que él ni se inmutaba, lo pellizca con fuerza, pero no fue buena idea, porque el alfa se acomoda y lo mete más al fondo.

Se fija en el brazo que pasaba por su cuello y no puede evitar sentirse atraído por las venas que se le remarcaban, el capricho por querer que lo ahorcara mientras veía como se resaltaban aún más, era otro de los múltiples pases que se había ganado para ir al infierno.

Extiende su mano y con la yema de su dedo índice, se desliza sobre una de ellas hasta llegar a su muñeca, aprieta sus labios para ocultar su sonrisa traviesa y cierra sus ojos cuando su pene se pone erecto. El contacto de su pecho contra su espalda no ayuda, y eso lo pone en una situación donde sus caderas solo querían chocar contra las de él.

—¿Qué haces? —la gruesa voz del alfa lo asusta y coloca su corazón a mil. Al retirar su mano, observa como Jungkook abre su palma en espera de entrelazarla con la suya, pero lo medita por varios segundos.

—Te lo he dicho varias veces, no tengo afán, Taehyung —besa con devoción su cuello y escucha un gemido por parte de él. Sin saber el motivo, arruga el entrecejo y al querer moverse, se da cuenta de cierto pequeñísimo detalle.

—¿Ibas a abusar de tu pobre alfa dormido? —su tono burlón no fue pasado por alto y siente como muerde su brazo. Ya se imaginaba sus tiernos dientes plasmados en su piel.

—Primero, no es abuso, segundo, no eres mi alfa, y tercero, sácalo ya —chilla con lo último y escucha su fuerte suspiro de molestia.

—Primero, sería abuso porque estaba durmiendo, segundo, lo seré algún día, y tercero, no —besa su mejilla feliz y al momento en que el omega voltea su rostro, se queda embelesado con aquellos ojos que parecían la examinación de un gato que te miraba mal.

Omega Pandillero | OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora