25 - For the Dancing and the Dreaming 『II』

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Aquel día en el que todo cambió.

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Un nuevo amanecer había llegado.

—¡Ack-! ¿Qué rayos pasa con las camas de aquí?

—Red, eres un Dios.

—Pues a Dios le duele el cuello.

Y por lo visto nuestros protagonistas se encontraban tan llenos de energía como siempre.

—Buenos días. Parece que no hubo necesidad de venir a asegurarme de que no se les pegaran las sábanas. —Un somnoliento Arck entró a la habitación mientras sus amigos discutían, bostezando y con una taza de café en mano.

—La madre. —Red tuvo la necesidad de dar un paso atrás apenas vió la cara del recién llegado.

—¿Y a ti qué te pasó?

—Papeleo. —Contestó en seco. —Mucho papeleo.

Resumiendo todo: el grupo compuesto por los Dioses haciendo de tutores, su colega y las chicas a las que les enseñaban se unió al resto del cuerpo estudiantil haciendo parte en el viaje escolar luego de ser retrasados por una tormenta de nieve no prevista. Varias situaciones curiosas se dieron pero para lo que importa, cabe mencionar que fueron capaces de establecerse rápidamente y realizar la prueba de valor que se tenía ya planeada sin — en su mayoría. — incidente alguno.

Luego de un satisfactorio primer día, todo el mundo se preparaba para continuar. Sin embargo por ahora estaban atrapados en un lo que se podía considerar como un día de descanso que usarían exactamente para eso, además de alistar detalles menores para lo que sería el tercer y más movido dia de la excursión.

—¿Así de jodidas están las cosas de tu lado?

—Ahora que estás aquí caigo en cuenta de que ayer no te apareciste ni una sola vez.

—Les digo que estaba ocupado. —Lamentó el de lentes, sorbiendo de su café después. —Resulta que la organización de fondo que permite que tantos estudiantes se muevan tan lejos de sus hogares aún bajo supervisión de sus maestros es más complicada de lo que debería. Si dejara a los demás solos lo más seguro es que todos nos quedemos encerrados en una oficina por la duración entera del viaje escolar, lo que no es la idea.

—Bruh. ¿Y entonces?

—La mayoría del trabajo ya está hecho. —Otro bostezo. —Dudo poder verlos mucho hoy. Pero al ritmo que vamos, lo más seguro es que mañana sea libre de hacer lo que quiera.

—Eso ya son buenas noticias. Aunque todavía apesta que solo vayas a poder unirte hasta el final.

—Dejando eso de lado pero manteniendo el tema. ¿Qué hay de ustedes? —El oji-azul preguntó. Ya se había dado el tiempo para registrar la habitación, así que solo estaba esperando que todos estuvieran listos. —¿Algún plan para hoy?

—Yo ya hice parte de la prueba de valor y tenían suficiente gente para todo lo demás, así que me voy a quedar flojeando todo el día. —Fué la respuesta de Mister. El hombre tenía una amplia sonrisa en el rostro.

Tutores DivinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora