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Tembloroso hilo que une las almas desnudas;
conexión perfecta que perdura en la distancia,
que une y acerca en la inhóspita lejanía,
y se desboca en los trayectos más cortos.

Infinito poder que se contrae y se dilata
y en su más discreta transparencia,
se convierte en cómplice y testigo mudo,
sin juicios inquisidores y libre de prejuicios.

Capaz de entender el aislamiento compartido,
que se hace notar en la añoranza reconfortando,
para desencadenar uniones a través del tiempo
que nunca nadie es capaz de comprender.

Huésped de mi cuerpo y de mi vida,
que eleva mis sentidos cambiando mi horizonte,
y me empuja sin consideración a la felicidad
porque al final del extremo estás tú.

Palabras enmohecidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora