Capítulo 19: Intrigas y Revelaciones

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El Mariana se había ido a Ciudad de México por un evento importante, Spreen ya planeaba volver a Argentina, mientras que Rivers, a pesar del apoyo de ambos, no aguantaba su vida ni saliendo a la calle.

La situación era realmente mala, parecía que no había solución, o a lo mejor sí. Spreen invitó a Rivers a comer en una taquería local, la mejor del barrio, y para los más fieles, del distrito.

Ambos salieron de casa con la idea de pasar un rato, pero Spreen quería complementar esto con una declaración, una declaración que le cambiaría la vida. Rivers se mostraba muy confusa por la extraña actuación de Spreen, aunque durante los últimos días siempre se mostró muy distante y poco hablador.

R: ¿Qué pasa chamaco?

S: No me pasa nada...

R: ¿Seguro? Habrá que llamar al Dr. Simi para ver que te pasa.

S: Jajajaja, dale boluda ese gordo no me cura ni...

R: ¿¡Qué has dicho de mi Dr. Simi!?

S: Ammmm... Nada.

R: Ah, okey...

Siguieron caminando hasta llegar a la taquería, no se dieron cuenta de que había varios fans, y empezaron a rodearlos, al principio la situación era tranquila, o por así decirlo, no tan molesta. Pero en cuestión de minutos, toda la calle se empezó a llenar, la gente gritaba y pedía foto tras foto, no pudieron seguir y tuvieron que escapar, pero muy rápido.

Esquivaban puesto tras puesto, farolas, árboles y incluso una chamarra del Dr. Simi, sí, el ídolo de Samy. Spreen la cogió de la mano, pero como Rivers no corría mucho, tuvo que llevarla como si fuese una princesa de Disney.

Spreen: No puedo... Ahhh... No, no pue...

Rivers: Calla y sigue corriendo, ¿o acaso no corres en el Minecraft cuando te persigue un zombie?

Spreen: Tenés razón...

Siguieron caminando por las bellas calles de Monterrey hasta esconderse en un callejón lleno de basura, ahí los fans pasaron de largo y siguieron buscándolos, pero no los encontraron.

Rivers: Yo solo quería comer un taco, no que me persiguieran un millón de personas...

Spreen: Ahora eso no es lo importante... Y lo sabes.

Rivers: ¿A que mierdas te refieres?

Spreen: Se que a lo mejor no aceptas, o posiblemente te desmayes, pero al menos hazme caso...

Rivers: Ahh... ¿Qu...?

Spreen: Shhhhhhh... Déjame hablar...

Spreen sacó una caja pequeña con marcos dorados, la abrió con el dedo índice como si de un reloj de bolsillo se tratase. Rivers lo miró sorprendida, iba a decir algo, pero lo que vio dentro de la caja hizo que se quedara con la boca abierta. Eso era...

𝐅𝐈𝐍 𝐃𝐄𝐋 𝐂𝐀𝐏í𝐓𝐔𝐋𝐎

𝕊𝕡𝕣𝕖𝕖𝕟 𝕩 ℝ𝕚𝕧𝕖𝕣𝕤. 𝕌𝕟 𝕒𝕞𝕠𝕣 𝕔𝕝𝕒𝕟𝕕𝕖𝕤𝕥𝕚𝕟𝕠.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora