El precio del arte.

Capítulo 54

- ¿Tu piensas que prefería estar en el hospital en vez de estar pasando tiempo contigo? tu padre y yo estuvimos años intentando tener un hijo, todo lo que he hecho ha sido para que no te faltase nada, nunca, ser médico especializado no es fácil y claro que me ha dolido no estar presente muchas veces en tu vida, no poder reconfortarte cuando lo necesitabas cuando yo estaba de guardia y las veces que he atendido a niños siempre te tenía en mente en todo momento, eres mi hija, saliste de mis entrañas y siento no ser la madre idealizada, te quiero, quiero tu felicidad y soy consciente de que en ocasiones soy algo pesada con que sigas mis pasos, eso no quiere decir de que sienta decepción, al contrario, siento admiración y orgullo de como has conseguido a salir a delante después de todo lo que te ha tocado vivir, como madre me siento afortunada de estar comiendo hoy aquí contigo, en el mundo hay muchas madres que no tienen este privilegio porque hombres como el desgraciado de tu ex se las han quitado- miró a Lexa- por eso he sido dura contigo, porque también como madre debí reaccionar y proteger a mi hija cuando lo necesitó y es algo que me va a pesar por el resto de mi vida- dirigió su mirada a Clarke, que pareció sentirse culpable por sus duras palabras- también debes entender que no me dedico a esto por dinero, yo no odio la medicina, es mi vocación. 

- Debes entender que es tu vocación y no la mía- aunque este reproche lo hizo cabizbaja, tal y como habían llegado a mencionar, Clarke era igual de cabezota que su madre- cambiamos de tema, solo pido que dejéis de machacar a Lexa. 

Jake se movió incómodo y carraspeó, sinceramente, en esos momentos prefería hablar con Lexa:

- ¿Sigues soplando cristal?

- Sí, esta semana que viene tengo que regresar a Atlanta, soy de una de las invitadas a exponer a la exposición internacional de la Glassbuild América. 

Dijo Lexa con tanto orgullo que fue capaz de contagiar a la rubia con su entusiasmo, que emocionada por su pareja le aferró la mano para transmitir que también estaba orgullosa de ella. Sin embargo, los padres de esta la miraban extrañados y no porque les diese igual, lo hacían por ignorancia:

- Disculpa- dijo Jake cortésmente- pero ¿eso qué significa?

- Es como si un pintor expusiese en el museo del Louvre.

El matrimonio pareció asentir cuando comprendieron esa comparativa: 

- En ese caso, enhorabuena, joven.

- Gracias.

Y cuando las aguas parecían tranquilizarse:

- Bueno- siguió diciendo el hombre- ¿Para cuando tenéis pensado casaros?

Lexa mantuvo su sonrisa, aunque se puso algo tensa, claramente no tenía la respuesta a esa pregunta, así que miró a la rubia para darle el turno de la rubia, Clarke carraspeó e intentó salir de la situación que ella misma había propiciado:

- Primero iremos a Atlanta y después Lexa tiene que asentarse aquí, abrir su estudio, luego cuando todo esté, hablaremos de la fecha.

La morena alzó una ceja y musitó en voz baja:

- ¿A sí?

Una pregunta que alcanzó a escuchar la rubia, esta la miró en plan "no sigas por ahí" y no lo hizo. La familia de Lexa tenía muchos puntos criticables, pero el de mentirse los unos a los otros no entraban, exceptuando el de la infidelidad de Gustus y aun así, en el fondo Indra lo sabía, quizás por esta razón no podían aguantarse los unos a los otros en esa familia, pensaban una cosa y lo soltaban como si fuese diarrea verbal, sin embargo, le sorprendía la facilidad que tenía Clarke de mentir a sus propios padres y para un momento de sinceridad que habían tenido enseguida habían desviado el tema, se preguntaba ¿Clarke también era así con ella? ¿sería capaz de volver a mentirla?.