Capítulo 48

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Hacía años que no lo hacía en un coche y pese no haber experimentado apenas más allá de su cómoda cama, era uno de los sitios más incómodos para Lexa y eso que la que era Clarke la que estaba encima y la que más desnudez tenía, la morena lo tenía fácil en ese sentido, bajada de cremallera y ya estaba lista, Clarke tuvo que descalzarse y quitarse los pantalones en ese espacio reducido, mira que al ser un camión la cabina era un poco más "amplia" que un coche promedio incluso cuando se puso a horcajadas de la ojiverde se sobresaltaron porque presionó sin querer la bocina del volante, iba a emplear la expresión de "el pito del volante" pero es que sí que iba a tocar un pito, no quería sonar tan repetitivo. Debido a que no podían explayarse ni recrearse tanto por la ubicación, fueron casi al grano, Lexa masturbó a Clarke introduciendo un poco sus dedos corazón e índice en el sexo de la rubia a la vez que la ojiazul masturbaba el miembro de la ojiverde mientras que jadeantes se miraban a la cara, disfrutando de los gestos de placer que ponían hasta que Clarke se sintió lo suficiente lubricada y dilatada, apartó la mano de Lexa y se posicionó sobre el miembro erecto de la ojiverde, dejándose caer hasta que sus pelvis chocaron, gimiendo libremente invadiendo cada espacio de esa cabina, Lexa posó sus manos en la cadera de la rubia ayudándola a moverse a un buen ritmo:

- ¡Ahh! Lexa- decía entre jadeos y moviéndose de arriba a bajo, sintiendo como el miembro de la ojiverde se movía en su interior, hasta notar la punta casi en la entrada de su sexo y cayendo hasta estar llena de nuevo- me encanta sentir como mi coño se llena con tu polla. 

Lexa silenció un gruñido acercó una mano a un glúteo y le dio un azote:

- Eres una guarrilla.

Dijo la ojiverde con un hilo de voz e intentó tragar saliva, sin embargo notaba su boca seca, Clarke gimió con fuerza:

- Soy tu guarrilla.

Dijo agarrando las manos de Lexa y las llevó hasta sus senos que revotaban al ritmo que subía y baja. El promedio de aguante de Lexa era sorprendentemente bueno y para que mentir, pasaba de la media siendo casi trece minutos el tiempo mínimo, no es que alguna lo cronometre, vamos, que la eyaculación precoz no es que estuviese en su diccionario sexual, o al menos no lo estaba, porque en cuanto puso ambas manos sobre sus pechos y aumentó un poco más su ritmo apenas habían transcurrido cinco minutos, la morena aceleró el ritmo de sus jadeos y empujó a la rubia con rapidez:

- Clarke, Clarke aparta.

En cuanto su miembro fue liberado de su sexo se dejó llevar, impregnando de su propia esencia parte de su pantalón y camisa, Clarke se mordió el labio inferior a la vez que acarició el miembro de Lexa para sacar hasta la ultima gota, la morena se relajó en el asiento inclinado hacia atrás, apartó la mano de la rubia en el momento que se pasó al tocar esa parte de su anatomía completamente sobreexcitada:

- Lo siento- se disculpó la ojiverde- que vergüenza, normalmente consigo aguantar hasta que llegues al orgasmo. 

Clarke sonrió y lamió las gotas de corrida que habían impregnado su mano:

- No tienes porque disculparte- besó a la morena y se apoyó sobre su pecho para mirarla fijamente a los ojos- me ha encantado. 

Lexa pasó sus manos por la espalda baja de la ojiazul:

- ¿En serio? no me gustaría que te quedes a medias, yo cuando me quedo a medias o con el calentón acabo sufriendo dolor de huevos.

Clarke carcajeó:

- Pues que bien que no tengo pene- dio una palmadita en el hombro de Lexa- qué tal si esta noche lo retomamos y me comes el coño como recompensa, me visto y te hago el relevo.

Clarke se quitó de encima y sacó un par de pañuelos de su bolso, uno se lo dio a Lexa para que se limpiase la punta de su miembro que ya se había retraído y usó el otro para limpiar su propio sexo, odiaba ir con el coño mojado:

El precio del arte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora