Capítulo 24

405 55 2
                                    

En cuanto Clarke le dijo que sospechaba que pudo haber sido Finn, la morena pidió que se vistiese y no tocase nada más, porque iba a llamar a la policía, eso estaba pasando de castaño a oscuro, acto seguido también llamó a su hermana, aunque sin tener pruebas la acusación no iba a ir mucho más allá de una denuncia.

Un coche patrulla fue a la casa y estuvieron haciendo preguntas como "¿Os falta algo?" la seguridad, eso lo que estaban perdiendo, porque ese hombre había entrado como si nada y les había meado en la cama. Tal y como vinieron los policías se fueron, porque no fue más allá de un allanamiento y una trastada.

Lexa sacó el colchón a la calle y no pasaría otro día sin contratar una alarma y cámaras de vigilancia. Si se atrevía a entrar una vez más tendrían pruebas. Esa noche durmieron en el ático, sin poder consumar el acto de amor que empezaron antes de entrar en la casa:

- Podemos viajar una temporada, en cuanto termine el trabajo que estoy haciendo.

Dijo Lexa abrazando a Clarke:

- Huir no le va a detener, ha pasado un año desde que me marché y después de ese tiempo a aparecido ¿Si me enfrento a él?

Lexa la miró con el ceño fruncido:

- ¿Exponerte? Sabes que no te prohíbo nunca nada, pero no me pidas que esté a favor de exponerte al peligro, eso no, encontraremos la vía legal.

Clarke se incorporó hasta sentarse y abrazarse las piernas:

- Me tienes demasiado idealizada, si tu supieras Lexa.

Lexa se incorporó para sentarse a su lado y la miró con el ceño fruncido:

- ¿Qué tengo que saber?

- Que no soy buena persona.

La ojiverde bufó:

- Nadie es buena persona en su totalidad.

Clarke acarició a Lexa y curvó los labios:

- Me cuesta creer eso de ti.

- Me tienes idealizada, Clarke.

- Quizás o quizás es que eres demasiado insegura como para creer que no hay mucha personas en el mundo como tú- la empujó un poco y se puso a horcajadas sobre Lexa para mirarla a la cara- en un principio temía que fuese una careta y que detrás de ella hubiera un lobo cruel- Lexa imitó el aullido de un lobo- pero detrás hay lo que muestras y por eso me enamoré de ti.

Lexa acarició la mejilla de Clarke y la atrajo para besarla, se separó un poco y apoyó su frente con la de la rubia:

- Yo, también estoy enamorada de ti.

Clarke se apartó un poco y sin dejar de mirar a Lexa, se quitó la parte superior de su pijama, quedando semidesnuda sobre sus piernas. Los ojos verdosos de Lexa recorrieron su torso desnudo, sus manos cobraron vida y comenzaron a recorrer cada centímetro de su piel, dibujando el contorno de sus senos. Su boca, hizo la coreografía de sus manos, dulce, gentil, ardiente, hasta lamer uno de sus pezones que empezaba a endurecer. La rubia gimió y atrajo más a Lexa incitando a que siguiese. Lexa emitió un pequeño gruñido, abrazó a la rubia y giró hasta rodar sobre ella y besarla más apasionadamente, Lexa comenzó a descender por su cuerpo hasta besar su sexo por encima de su ropa interior humedeciéndola más con su lengua. Clarke impaciente comenzó a quitarse la ropa interior de color blanco, Lexa la ayudó y cuando la tiró a un lado de la cama se posicionó de nuevo entre sus piernas, comenzando a lamer su clítoris, Clarke se abrió más de piernas y atrajo su cabeza a su sexo, siempre que sentía su lengua en esa parte de su anatomía sentía que se iba a derretir, temblando como un flan a cada roce, jadeando más fuerte cuando aplicaba suaves succiones para seguir lamiendo:

El precio del arte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora