Capítulo 34

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Clarke llegó al día siguiente al trabajo, había perdido un día de trabajo y no sabía como se iba a encontrar a Niylah, si es que no había salido de viaje, en realidad deseaba que se hubiera ido de viaje por negocios y solo enfrentarse a Josephine, la diría que estuvo mal todo el día, indispuesta con diarrea, como si hubiera tenido una intoxicación alimentaria, era la primera vez que faltaba, sería injusto que la tomase con ella. Para mala suerte de la rubia Niylah si que estaba y esperándola a ella, en cuanto la vio entrar en la galería se acercó completamente seria:

- Clarke, a mi despacho, ya.

La rubia miró a Joshephine, tenía cara de pena, de esas que se ponen cuando se sabe que va a caer una buena, Clarke siguió a Niylah y mientras estaba entrando en el despacho comenzó con su disculpa:

- Niylah, siento que faltase ayer al trabajo- cerró la puerta y miró a su jefa que estaba con los brazos cruzados- pero de verdad que me encontraba mal...

Niylah puso señal de stop:

- De primeras, no creas que no me di cuenta de tu quedada con el hombretón que vino en tu horario de trabajo- Clarke cerró los ojos y maldijo en su fuero interno- y de segundas, tu horario de trabajo ha cambiado, a partir de ahora tienes libres todos los fines de semana.

Clarke puso los ojos como platos por la sorpresa:

- ¿Qué?

Niylah puso expresión de entusiasmo, se acercó a Clarke y aferró sus mejillas para romper la distancia y darla un beso en la frente, dejando más atónita a la ojiazul:

- Lexa hizo un trato conmigo, te cambio el horario y ella me provee de diez piezas exclusivas, solo mías.

Lejos de alegrar a Clarke, eso la enfadó un poco, porque en su día Finn también intervenía en su trabajo para estar con ella, hasta el punto de que llegaban a despedirla, ahora Lexa se veía con derecho a intervenir también:

- No.

Niylah frunció el ceño:

- ¿No?

Si hay una modificación en mi horario, en mi salario o cualquier cosa tiene que ser porque me lo he ganado, no porque lo haya pedido alguien. Niylah alzó ambas manos:

- Si quieres trabajar hazlo, pero que sepas que los fines de semana no tienes por qué hacerlo.

- Seguiré trabajando.

Niylah la señaló con el dedo:

- Será mejor que Lexa cumpla su palabra a pesar de que tú hayas tomado esa mierda de decisión es decir ¿quién quiere trabajar más? Seguirás ganando lo mismo.

- Lexa te hará las diez piezas, no es mi culpa, ni tuya.

Niylah se encogió de hombros y le hizo un gesto con la mano en plan "fush fush":

- Vale, pues vete.

Clarke asintió con la cabeza y salió del despacho de Niylah, mientras se alejaba sacó su teléfono móvil del bolsillo trasero y marcó el número de teléfono de Lexa, la iba a caer una buena.

Un tono, dos tonos, tres... entonces respondió y se la escuchó algo dolorida:

- ¿Cómo se te ocurre inviscuirte en mi trabajo?

Preguntó controlando el volumen de su voz para que no la oyese Josephine:

- Buenos días- la escuchó algo quejumbrosa- no seas tan dura, solo quería pasar tiempo contigo.

- No hagas estas cosas, Finn hacía lo mismo y me molesta.

- Perdona, no lo hice a malas, solo quería pasar tiempo contigo, ay.

El precio del arte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora